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Ciencia y Tecnología

Una experiencia traumática tiene este curioso efecto incluso en tu microbioma, según nuevo estudio

Publicado 14 Jun 2017 – 12:30 PM EDT | Actualizado 14 Mar 2018 – 09:48 AM EDT
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Nuestras emociones tienen un efecto considerable sobre el microbioma de nuestro organismo, que son todas las bacterias que funcionan dentro de —o sobre— nuestro cuerpo para ayudarnos a sobrevivir. 

En el cuerpo humano hay alrededor de 39 mil millones de células bacterianas en el cuerpo humano y la gran mayoría contribuyen a los procesos metabólicos y a protegernos de bacterias patógenas.

Hace poco, un grupo de científicos reveló en su estudio que el microbioma parecería estar vinculado con el estilo de vida de las personas. Ahora, un nuevo estudio reveló que las situaciones traumáticas lo podrían estar modificando. 

El impacto del microbioma en nuestra personalidad

El microbioma está estrechamente relacionado con nuestro estilo de vida y nuestro comportamiento. De hecho, un estudio realizado hace un tiempo demostró que al transplantar el intestino de ratones más valientes en otros que no lo eran tanto, se modificaba por completo la actitud de estos últimos.

Por esta razón, se suele decir que nuestro intestino es el «segundo cerebro» ya que tiene un gran impacto sobre nuestro comportamiento y personalidad.

Por otro lado, un nuevo estudio reportó que nuestras experiencias de vida más difíciles podrían tener un impacto sobre nuestro microbioma, modificando el modo en que digerimos los alimentos y procesamos el estrés.

El microbioma y las experiencias traumáticas

A su vez, los cambios en el microbioma podrían alterar la estructura de nuestro cerebro, generando una conexión aún más directa entre «ambos cerebros». 

Los científicos analizaron el microbioma de estudiantes con síndrome de colon irritable, una condición crónica que es muy común y se caracteriza por generar problemas digestivos y dolor intenso en el abdomen. Cuando compararon con el microbioma de otros estudiantes sin este síndrome, obtuvieron resultados muy reveladores.

Según observaron, las personas con el síndrome de colon irritable parecerían tener mayores probabilidades de tener ansiedad y depresión. A su vez, aquellos con un microbioma diferente al de las personas sanas, también tenían historiales de haber sufrido traumas temprano en sus vidas. Y casualmente, en estas personas los síntomas del síndrome eran siempre más duraderos.

A partir de todas estas observaciones, concluyeron que las señales del cerebro de un individuo con un trauma importante podrían cambiar el microbioma en el intestino para siempre. Además, la relación no parecería ser unidireccional ya que los científicos notaron que el cerebro en estas personas que sufrieron traumas también tenía variaciones considerables en su forma.

El descubrimiento de esta estrecha relación entre el microbioma del intestino y el cerebro podría ser el primer paso para estudiar el origen de muchos casos de ansiedad y depresión. Lo cual eventualmente podría contribuir a las investigaciones para el desarrollo de nuevos tratamientos.

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