¿Sabías que los escorpiones se "suicidan"? Mira por qué
Uno de los insectos más venenosos del planeta, el escorpión, lleva arrastrando desde hace siglos una leyenda que nos ha hecho pensar que este se suicida clavándose su propio aguijón.
Sin embargo, al igual que sucede con otras muchas conductas animales que hemos malinterpretado, el escorpión no se suicida como tal. Pero no adelantemos acontecimientos...
Falsos mitos
El escorpión es un invertebrado que no es capaz de medir su temperatura corporal (poiquilotermos), ya que esta depende única y exclusivamente del entorno. Puede que la presencia de un incendio próximo irradie un ambiente abrasador ante el cual el escorpión se encoje y, finalmente, cuando se sobrepasan los 60º de temperatura, se deshidrate hasta morir.
Muchos han pensado que, preso del pánico, el escorpión llega a clavarse su aguijón sin percatarse, pero lo cierto es que, aunque lo hiciera, el caparazón de este es demasiado grueso y, además, es inmune a su propio veneno.
Es por ello que, tanto la proximidad del fuego como otras situaciones como, por ejemplo, encerrar un escorpión en un vaso o transportarlo a un lugar de temperatura extremas a las que está acostumbrado pueden causar la muerte instantánea.
Suicidios en animales
El suicidio en animales es una conducta cuya investigación no ha llegado a aclarar todos los hechos. Se piensa que algunos mamíferos, como los perros, tienden al suicidio durante etapas de depresión. Los patos son también una de las especies animales donde más se ha percibido este cuadro psicológico, mientras que insectos como ciertas hormigas se suicidan al reproducirse.
Pero en el caso de los escorpiones, el suicidio no es más que una leyenda urbana que sigue pululando por las redes.
Para todos aquellos que pensaban que los escorpiones se suicidan, les gustará saber que estos invertebrados sucumben a la muerte tan sólo cuando se producen situaciones de mayor temperatura o falta de aire, algo totalmente lógico partiendo de la base de que son animales lo suficiente peligrosos como para no sucumbir a la autodestrucción y, mucho menos, tratándose de un insecto.
¿Tú también creías que los escorpiones se suicidaban?