¿Por qué tantas mujeres reaccionamos con indignación al Oscar de Casey Affleck?
La noche del Oscar estuvo llena de mensajes políticos a favor de los inmigrantes y de infinidad de bromas dirigidas hacia el nuevo Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Hollywood y su gente son conocidos por ser liberales, suelen ser demócratas y/o con una mentalidad progresista hacia issues sociales. Al fin y al cabo son personas que han tenido la oportunidad de conocer mundo y meterse bajo la piel de personajes con diversos trasfondos y situaciones, es entendible que sean mucho más abiertos.
Sin embargo, el intento por lograr un cambio y lanzar una crítica hacia las acciones del gobierno actual se les fue al piso durante la ceremonia cuando le dieron el Oscar al mejor actor a Casey Affleck. Sí... el hermano de Ben Affleck, el mismo que fue acusado por dos mujeres de hostigamiento sexual. El caso, del que muchas personas no han oído hablar, se resolvió en silencio en los tribunales luego de que se llegó a un acuerdo con Magdalena Gorka y Amanda White, las demandantes. Ambas acusaron al actor de hostigarlas sexualmente en varias ocasiones cuando trabajaron juntos en la película I'm Still Here, dirigida por Affleck.
Decimos que se les cayó el argumento porque Hollywood tiende a perdonar este tipo de ofensas con demasiada facilidad y frecuencia. Su accionar hace comprensible el por qué los hombres parecen sentirse invencibles (en todo el sentido de la palabra) en la industria del cine. Veamos: ganan mucho más que las mujeres por hacer el mismo trabajo, permanecen activos por mucho más tiempo y se le perdonan los "errores" sin importan cuán graves sean.
Lo que vimos anoche con Affleck fue penoso, pues le dieron la estatuilla por encima de Denzel Washington y Ryan Gosling, los dos grandes favoritos. Y según hace notar la revista Elle, otro hombre acusado de abuso, Mel Gibson, estaba también en primera fila disfrutando del show como si nada.
Otro caso notorio es el del director Roman Polanski, a quien lo siguen nominando y premiando a pesar de que tiene abierto un caso de abuso sexual a una menor desde 1977 del que escapó antes de ser sentenciado. Actualmente vive en Francia ya que ese país no tiene acuerdo de extradición con los EE.UU. Y cómo olvidar al celebrado Woody Allen, quien terminó casándose con su hija adoptiva a la que le lleva 35 años y a quien su otra hija adoptiva, Dylan Farrow, acusó también de abuso.
Es entendible que cuando escuchamos el nombre de Casey Affleck como ganadoe del premio a mejor actor sintiéramos una indignación profunda; y para rematar el trago amargo tuvo que recibir el premio precisamente de manos de Brie Larson. Larson ganó la estatuilla el año pasado por interpretar a una mujer que sufrió abuso en la película Room. La actriz se vio obligada a saludarlo, más sin embargo no aplaudió. Lo mismo ocurrió durante los Golden Globes donde ni siquiera lo saludó, solamente le entregó el premio y listo. ¡Bravo Brie!
Las reacciones en Twitter durante la transmisión inundaron a la red social de coraje, desilusión y decepción. Estas son solo algunas de ellas.
Parte importante de lograr un cambio, y especialmente de educar a nuestros niños sobre la gravedad del asalto sexual, es denunciar y no celebrar en forma alguna a este tipo de hombres. Separar sus acciones personales de su vida profesional propicia la impunidad y glorifica la cultura del abuso y la violación.
Al parecer, Affleck ganó el Oscar a mejor actor por las mismas razones que Donald Trump es presidente de los Estados Unidos.