Los seres humanos también domesticamos frutas y verduras y tenemos las pruebas
Las frutas y verduras como las conocemos no siempre han lucido igual. Tuvieron que pasar por un proceso de domesticación para tener su forma actual.
Aunque la modificación genética es un tema relativamente reciente, los humanos han experimentado ese proceso desde hace mucho tiempo en la agricultura.
Desde hace miles de años, los agricultores han domesticado las frutas y verduras para obtener alimentos con mejores sabores, formas y nutrientes.
Sin saberlo, llevaron a cabo un proceso de modificación genética rudimentario que resultó en los vegetales que conocemos hoy en día.
Alimentos comunes como los plátanos, zanahorias o tomates no siempre lucieron igual; así que a continuación podrás conocer a sus predecesores.
Sandías
En en siglo XVII, Giovanni Stanchi pintó un bodegón con una sandía partida que lucía muy diferente a las sandías que conocemos en el siglo XXI.
La pintura muestra a las sandías en una forma más circular que ovalada, con semillas más grandes y con muchas más carne blanca que las sandías actuales, una parte que ahora es consideraba como no comestible.
Eventualmente las sandías se volvieron más coloridas, jugosas y, por lo tanto, comestibles. Incluso ahora hay variedades de sandías que no tienen semillas.
Plátano
Algunos trabajos arqueológicos han encontrado restos de plátano que datan de hace 6,500 años o hasta 10,000. Al igual que la sandía, los plátanos tenían semillas grandes y cáscara más gruesa.
La fruta evolucionó para convertirse en un alimento cremoso y dulce gracias a un proceso de experimentación agrícola de miles de años.
Berenjena
Las primeras versiones de berenjena tienen registro en China. Antes de su forma actual, eran más pequeñas, circulares, de otro color y su tallo estaba lleno de espinas.
Aunque comerlas de esa manera es algo difícil de imaginar, las berenjenas fueron domesticadas hasta convertirse en un platillo común en las comidas... y hasta un emoji que quizá no tiene tanto que ver con el vegetal.
Zanahoria
Debido a que la zanahoria proviene de una raíz, tenía un aspecto muy diferente antes de ser caricaturizada como alimento de los conejos.
En la antigüedad era más parecida a un tubérculo como el camote o el jengibre, con un color blanco por dentro que desde entonces era comestible.
Sin embargo, el proceso de modificación llevó a la zanahoria a convertirse en el vegetal naranja que conocemos mucho más agradable a la vista.
Maíz
Antes de convertirse en mazorca, el maíz era conocido como teosinte, hace más de 7,000 años. Se asemejaba a una planta de chícharos y era mucho más pequeño que su forma actual.
La domesticación a lo largo de los años llevó al maíz a convertirse en un alimento básico, aunque desde su existencia primitiva se encontraba solo en Centroamérica.
Durazno
El durazno es otra fruta con orígenes asiáticos y, aunque no ha cambiado mucho, su domesticación tardó miles de años. Su forma antigua era más pequeña y rojiza, parecida a una cereza o ciruela.
Ahora el durazno se cultiva en diferentes partes del mundo y hay distintos tipos de la fruta; algunos más grandes, coloridos o dulces que otros, pero todos son comestibles incluso con cáscara.
Col
La coliflor, la col, el brócoli, el kale y otras plantas comestibles son descendientes de la especie Brassica oleracea, una col silvestre que da una idea de cómo eran estos tipos de vegetales antes de existir para ser consumidos.
Todavía hay algunos lugares en donde crece la col de manera salvaje; sin embargo, los cultivos formales de esta planta la convirtieron en un vegetal mucho más carnoso y abundante.
Tomate
Los tomates ancestrales son más parecidos a los frutos rojos que a los jitomates actuales, pues eran extremadamente pequeños. De hecho todavía una especie, conocida como tomate grosella, no es comestible y se utiliza para experimentos genéticos.
Al igual que los duraznos, existen varios tipos de tomate pero todos pueden ser consumidos incluso crudos.
¿Ya conocías estas plantas salvajes?
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