Los Jardines de Aranjuez en Madrid
Hace unos días dedicábamos un artículo al Monasterio del Escorial, en un acto de noble y monárquico talante por parte de mi persona. Continúo en el trono y con traje de realeza, pues sigo escribiendo sobre la monarquía española, esta vez ofreciendo otro clásico punto turístico asociada a ella: los Jardines de Aranjuez.
Este sitio de ocio real constituye una mezcla de arte y paisaje reunidos en un sólo predio. En la vega del río Tajo, los jardines han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y en ellos nos topamos con un entramado de incomparable inspiración.
Junto al Palacio Real de los jardines encontramos el Jardín de la Isla, adornado por ninfas de mármol y senderos por los que perderse, es éste un buen inicio para recorrer a fondo los Jardines de Aranjuez.
Otra joyita de la jardinería real es el Jardín del Parterre, justo delante de la fachada palaciega. Este predio está surcado por senderos geométricos que hacen de él un maravilloso punto de vista aérea. Los jarrones marmolados, las flores y sus fuentes (destacadas las de Ceres y Hércules) juegan de buena manera su papel aportando irresistible belleza al lugar.
Tenemos el Jardín del Príncipe para finalizar, en el que coexiste el lejano y sosegado rumor del río Tajo con un ambiente ecológico adornado por mirlos y faisanes que invita a la reflexión y a la distensión. Dentro de los puntos imperdibles aquí destaca la Casa del Labrador.
Recomendamos una visita entre los meses de mayo y octubre al trayecto que conecta Madrid con el real Sitio de Aranjuez, paseo perfecto para incluir en el itinerario la visita a los jardines.