Los indigentes, su dura situación y la falta de respaldo social y jurídico en Estados Unidos
En Estados Unidos y según las cifras de 2015 de la Alianza Nacional para Acabar con la Falta de Vivienda, hay 564.708 personas indigentes. De ellas, al menos el 15% son catalogadas como indigentes crónicos, que han vivido en la calle por un año o más.
Si bien son muchas las personas de la clase trabajadora que pueden estar en riesgo de perder sus hogares, las minorías como mujeres, afroamericanos, discapacitados, indígenas, LGTBI o huérfanos, son particularmente vulnerables.
Una población olvidada
En la campaña presidencial entre Hillary Clinton y Donald Trump, mucho se debatió sobre las propuestas de los candidatos, los planes a futuro y el destino de una de las grandes potencias del mundo.
Sin embargo, ningún votante cuestionó que ninguno de los candidatos se refirió a la situación de indigencia de muchos en el país o la manera de solucionarlo. ¿Cómo pueden ser una población olvidada cuando sus cifras aumentan cada día más?
La dura realidad
Ser indigente no es nada fácil. Deben pasar de un refugio a otro, luchando por asegurarse un plato de comida o un techo para la noche. El acoso de la policía y de las autoridades locales es una realidad que muchos denuncian.
La policía hace redadas y confisca carpas y pertenencias. Además de factores como el clima, desde la fuerte lluvia hasta el frío intenso, y el riesgo a diferentes enfermedades, sobre todo depresión y enfermedades mentales.
En ciudades por todo Estados Unidos, hay una serie de leyes que prohíben a las personas dormir afuera, acampar en lugares públicos, pedir en lugares públicos, dormir en la calle, entre otras, que apuntan directamente a esta población vulnerable.
La falta de respaldo de las leyes
En 2013 y 2014, al menos 12 ciudades aprobaron leyes que obligan a individuos o grupos a obtener permisos para distribuir comida a las personas sin hogar en propiedad pública. Y además 31 ciudades del país restringen o prohíben compartir comida con personas sin hogar.
Casos extremos han llevado a que en Orlando, Florida, desde 2011 se arresten docenas de activistas que violan la prohibición de alimentar a los indigentes.
Ni la candidata Hillary Clinton, ni el ahora electo presidente Donald Trump, pensaron en una legislación que proteja los derechos de las personas indigentes.
The Homeless Bill of Rights es una campaña para este tipo de protección legal y está compuesta por más de 125 grupos de justicia social en cinco estados diferentes que piden medidas legales para garantizar que todas las personas tengan el derecho fundamental a vivir donde quieran, sin temer al acoso o la criminalización por parte de la policía.
Entre 1999 y 2015, la Coalición Nacional para los Indigentes registró 1.657 actos de violencia contra personas indigentes, de los cuales 428 fueron fatales.
Portland y su modelo
Portland es una de las tantas ciudades de Estados Unidos que enfrenta un creciente aumento de la población indigente.
R2D2 es un campamento operado por un grupo de 25 personas sin hogar que se han convertido en defensores a tiempo completo de los indigentes. Activo desde hace cinco años, cada noche acoge hasta 100 personas que viven en las calles.
Desde su comienzo, el campamento ha podido encontrar hogares y trabajos para más de 400 personas, asistencia en adicciones de drogas para 38 personas y servicios de parteras para 18 mujeres que dieron a luz de forma segura.
Este campamento ha derribado el estereotipo de que los indigentes no pueden cuidarse por sí mismos. En R2D2 las personas trabajan, limpian y luchan por sus derechos, de forma independiente y sin recibir ayuda del gobierno.
El futuro de los campamentos como este es incierto y no hay ningún proyecto político que busque solucionar esta problemática a corto plazo.
La población indigente aumenta en Estados Unidos y cada vez menos personas acceden a sus derechos. ¿Cómo una superpotencia mundial llega a esto">
- Quizás también te interese leer: Crímenes de odio en Estados Unidos, una realidad que parece no tener freno