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Mundo

Los cuadros más representativos del arte de ESPAÑA

Publicado 2 Jun 2015 – 09:00 PM EDT | Actualizado 14 Mar 2018 – 09:48 AM EDT
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El arte es uno de los mejores modos de aproximarnos a la cultura de un determinado país. Museos y galerías de todo el mundo exponen obras que representan una época, un estilo, un pedacito del alma de una nación que, siglos después, permanece exhibido para un turista ávido de nuevos desafíos.

En el caso del territorio español, el arte ha sido una de sus mejores bazas a lo largo de su historia, algo apreciable en estos cuadros más representativos de España

El entierro del Conde Orgaz de El Greco

El primer cuadro de nuestra lista fue terminado en 1586 por El Greco, pintor cretense afincado en España, nutrido del estilo manierista que compondría una de las últimas etapas del renacimiento, El entierro del Conde Orgaz hace alusión a un hecho acontecido doscientos años antes de su creación: la muerte de Gonzalo Ruíz de Toledo, conde de la villa de Orgaz, a la que incluso acudieron San Esteban y San Agustín para dar su bendición.

La obra representa el funeral, salpicado de diferentes versiones del mismo artista ataviado con la mítica gola de terciopelo que se convertiría en un icono del pintor, de una época y, en definitiva, de la historia del arte español.

Se exhibe en la Iglesia de Santo Tomé (Toledo)

Las Meninas de Diego Velázquez

Perteneciente al estilo barroco, las Meninas es uno de los cuadros más representativos del arte de España y principal referente del conocido como Siglo de Oro español.

Terminado en 1656, el pilar del lienzo es una pequeña Infanta Margarita Teresa de Austria, quien en aquel momento debía tener cinco años. Alrededor aparecen sus hermanas y el pintor en plena creación de la obra, junto a un espejo que muestra el reflejo del rey rey Felipe IV y Mariana de Austria, testigos de la reunión.

Una obra sometida, aún siglos después, a más de una interpretación.

Se expone en el Museo del Prado (Madrid)

Museo que se suma a esos otros muchos lugares que visitar en Madrid

La Maja desnuda de Francisco de Goya

Pionera de un erotismo nunca antes visto en el arte español, esta obra ejecutada a finales del siglo XVIII muestra a una mujer desnuda, sonriente por el encanto de unos atributos que podrían pertenecer, aunque nunca se haya confirmado, a la décimotercera Duquesa de Alba.

Pieza angular del neoclasicismo, la obra fue acompañada años después por su antítesis, La Maja Vestida, en la que la "gitana" (tal y como se conocía al cuadro en la época) aparece ataviada con un vestido blanco copado por un bolero de torero y unos zapatos dorados.

Se exhibe en el Museo del Prado (Madrid)

La Buenaventura, de Julio Romero de Torres

El hijo pródigo de la ciudad de Córdoba fue uno de los autores más populares de principios del siglo XX gracias a su capacidad para convertir el arte en motivo de ovación por parte de las clases burguesa y obrera.

Este cuadro, considerado una de sus grandes obras, nació durante su estancia en Buenos Aires, plasmando a la perfección la definición de costumbrismo gracias a la presencia de esa mujer que, a pesar de mostrar una carta a su compañera para animarla, no consigue borrarle esa mueca de melancolía provocada por un mal de amores.

Como telón de fondo, la Fuenseca, el Cristo de los Faroles y el Palacio del Marqués de la Fuensanta del Valle, tres de los iconos arquitectónicos de Córdoba.

Se exhibe en el Museo Carmen Thyssen (Málaga)

La persistencia de la memoria de Salvador Dalí

Y de un estilo más costumbrista saltamos al surrealismo, estilo cuyo mayor representante fue el mítico Salvador Dalí, hacedor de obras como esta onírica La persistencia de la memoria (1931), en la que sus famosos relojes derretidos adquieren el total protagonismo de la obra, ya sean colgados de un árbol, en la mesa, o sobre esa extraña figura inspirada por un trozo de queso camembert derretido según palabras del artista años después.

Como telón de fondo, el paisaje de Port Lligat, en Cataluña, lugar de nacimiento del autor y recurrente en la mayoría de sus obras.

Se exhibe en el MoMA (New York)

El Guernica de Pablo Picasso

Pocas obras han despertado tanta intriga como el Guernica, la mayor herencia artística que podía ofrecer una cruenta guerra como la civil española. Finalizado en 1937, el cuadro hace alusión al pueblo vizcaíno bombardeado durante la contienda y cuyo terror es expresado mediante personajes como la mujer que llora a su hijo, un caballo que simboliza a las víctimas de la guerra, un toro como representación del tenebrismo español de aquel momento y otros muchos aderezos que exaltan una de las obras más notorias del estilo cubista.

Se exhibe en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid)

Estos cuadros representativos de España componen uno de los grandes atractivos del arte español, con muchos de ellos desperdigados por diferentes ciudades del país. Obras que representan una época concreta, el buenhacer de artistas tan dispares entre sí y que, ante todo, recogen la influencia de la historia, con el arte como mejor vehículo para descansar eterna, exhibida a un viajero de muchas y nuevas inquietudes.

¿Cuál de estos cuadros es tu favorito?

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