La materia fecal de las aves podría ayudar a disminuir la temperatura y mantener frío el Ártico
El cambio climático es mucho más notorio y severo en el Ártico que en cualquier otra región del mundo. El hielo refleja gran parte de la energía del sol hacia el espacio y a medida que el Ártico pierde la nieve y el hielo, el agua y las rocas comienzan a absorber más energía solar y a calentar más la región.
Por esta razón, el Ártico se está calentando con una rapidez que duplica el calentamiento global.
El hielo en el mar es un componente crítico para el ecosistema marino en el Ártico y probablemente desaparezca en algunas generaciones.
Sin embargo, como sucede en la naturaleza, hay una armonía entre los seres vivos. En este sentido, las aves parecerían contribuir a disminuir la temperatura en el Ártico.
- Ver también: «3 curiosos efectos del cambio climático»
La materia fecal libera un gas esencial
Un estudio publicado en la revista Nature Communications demostró que la materia fecal de las aves en el océano contribuye a disminuir la temperatura en el Ártico.
En el estudio los científico estudiaron el origen de un aumento en los niveles de amoniaco en la atmósfera, principalmente en el verano. Según los científicos, la fuente es probablemente la materia fecal y orina de las aves que en esta época se encuentran en plena migración en el área.
La materia fecal de las aves libera gas amoniaco que reacciona con ácido sulfúrico y vapor de agua de la atmósfera formando agrupaciones de moléculas. Estas moléculas pueden cambiar las características de las nubes contribuyendo a que algunas nubes reflejen los rayos del sol hacia arriba, alejándolos del terreno subglacial. Entonces, indirectamente, las aves están contribuyendo a que los rayos del sol durante el verano entren en menor o con la región glacial.
El cambio climático seguirá siendo un problema
No obstante, los investigadores explican que esto no es suficiente para mantener las temperaturas y evitar que incrementen.
Pero este estudio contribuye a conocer más factores que tienen un efecto sobre el cambio climático. Estos factores permiten que los científicos puedan predecir de modo más preciso cómo serán estos cambios en un futuro.
Además, el descubrimiento de la acumulación de amoniaco en las nubes no solo permite conocer más sobre nuestro ecosistema, sino que también abre las puertas a nuevos estudios sobre los efectos que esto podría generar.
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