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Mundo

La cruda verdad sobre el comportamiento sexual de los pingüinos adelaidas que siempre intentaron ocultarte

Publicado 26 Abr 2017 – 09:00 PM EDT | Actualizado 5 Abr 2018 – 01:47 PM EDT
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El pingüino adelaida, científicamente llamado  Pygoscelis adeliae, es una de las únicas especies de pingüino que habitan en la Antártida. Se distribuyen a lo largo de la costa antártica y otras islas de los alrededores. Su nombre refiere a la esposa de Dumont D'Urville quien descubrió a estos pingüinos en 1840.

Este tipo de pingüino alcanza los 70 cm de altura y 4 kg de peso. Se distinguen de otras especies de pingüinos por un círculo blanco rodeando el ojo. Su comportamiento también se distingue considerablemente.

Entre 1911 y 1912, el Dr. George Murray Levick realizó varias observaciones del comportamiento sexual de estos animales, llegando a conclusiones muy escandalizadoras. Por esta razón, durante más de un siglo, el reporte fue ocultado.

Observación del comportamiento sexual del pingüino adelaida 

Levick observó que los pingüinos tenían un comportamiento sexual principalmente promiscuo, donde macho y hembras se apareaban con cualquier otro individuo más allá de que correspondiera a su par. A su vez, muchos de los pingüinos machos demostraron tener inclinaciones homosexuales, al aparearse con otros machos. 

Pero el comportamiento se volvió anómalo y violento cuando el científico observó pingüinos con comportamientos sexualmente violentos en pandillas, atacando y violando a otros ejemplares, abusando físicamente y practicando la necrofilia.

Según el experto, este comportamiento parecería ser fruto de los «machos agresivos» que lideraban estos ataques.  

Los hábitos sexuales del pingüino adelaida

Las observaciones de Levick fueron impresas en 1915, pero nunca publicadas debido al escándalo que podrían generar. Hace unos años, Douglas Russell, conservador de aves en el Museo Nacional de Historia en Londres, encontró las notas sin publicar del autor perdidas entre otros trabajos.

Recién en 2012 finalmente se publicaron estas notas sobre el comportamiento sexual de los pingüinos. Las mismas fueron realizadas en la expedición del British Antartic a Cape Adare en 1910 y el autor comenta sobre la frecuencia de la actividad sexual, el comportamiento erótico y agresivo de las hembras y machos de las comunidades.

Sus observaciones demostraron ser válidas y merecían ser publicadas, ya que incluso en 1998 salió a la luz esta clase de comportamientos sexualmente agresivos cuando la Dra. Fiona Hunter, que observó durante cinco años los patrones de apareo en estas aves, reportó que los pingüinos comenzaron a intercambiar rocas por sexo, lo que podría interpretarse prostitución.

Sin embargo, recién ahora la ciencia está honorando el trabajo de un pionero en la investigación del pingüino adelaida.

Tal como Levick y Hunter lo demostraron, no cabe duda de que el pingüino es el ave más humana que hay. 

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