El venenoso sapo de caña se ha convertido en una gran amenaza para Australia
Los sapos de caña han invadido el norte de Australia. Y ni los esfuerzos masivos de la comunidad ni de los científicos han logrado detener su avance.
Estos anfibios tienden a moverse solamente en la temporada húmeda pero estudios demuestran que han crecido notoriamente y que muchos salen menos de 10 metros por día.
Una gran amenaza
Con su crecimiento, han podido evolucionar en diferentes formas y tamaños y se mueven lo más lejos y rápido que quieren.
Su población aumenta cada vez más, y se estima que llegan a los 1.5 mil millones.
No es la primera especie que ha logrado invadir la zona, pero el sapo de caña es el que más ha tenido un efecto dramático en la flora y fauna nativas, convirtiéndose en una gran amenaza para Australia.
¿Cómo llegaron?
Una vez en Australia resulta más sencillo su crecimiento y propagación. ¿Pero cómo llegaron?
Expertos aseguran que todo comenzó en las plantaciones de caña de azúcar de Puerto Rico, que había importado sapos gigantes de América del Sur para que comieran las larvas que devoraban las cosechas.
Los anfibios lograron detener con éxito a las larvas y se volvieron tan populares que en la década de 1930 fueron enviados a todo el mundo, como una herramienta eficaz para capturar insectos.
En 1935 llegaron los primeros 101 sapos a North Queensland, en Australia. Desde entonces la población ha aumentado significativamente a tal punto que erradicarlos se ha convertido en casi un deporte para los residentes.
Los sapos de caña ( Bufo marinus) fueron un completo fracaso en matar a los escarabajos de Australia que azotan la caña de azúcar. En lugar de controlar las plagas, los sapos se convirtieron ellos mismos en plagas.
Y debido a su gran impulso sexual y un sistema de defensa químico oculto que es mortal, han logrado convertirse en una de las 100 principales especies invasoras del mundo.
Una especie invencible
Los sapos tienden a devorar insectos y presas pequeñas, pero se vuelven más destructivos cuando se enfrentan a depredadores más grandes como serpientes o cocodrilos de agua dulce.
La forma que tienen de sobrevivir se debe a una glándula grande en su hombro que se encuentra cargada de toxinas mortales.
Como consecuencia, los sapos no solo se reproducen y aumentan, sino que se alimentan de los insectos y hasta matan a los depredadores que intentan convertirlos en alimento.
Se dice también que pueden convertirse en una amenaza para las especies en peligro de extinción.
Los expertos han optado por entrenar a los depredadores grandes a alimentarse con otros especímenes para evitar que continúen los fatales ataques de estos sapos.
¿Lograran conquistar Australia y seguir su camino para conquistar el mundo? ¡Esperemos que no!