El Kremlin quiere que la prensa rusa deje de adular a Donald Trump y su gobierno
Hace poco menos de un mes que Donald Trump asumió como presidente de los Estados Unidos, pero pareciera que pasaron años.
Las noticias relativas a sus dichos, sus acciones o su gobierno, algunas sorprendentes, otras insólitas, otras indignantes, se suceden a un ritmo vertiginoso y casi imposible de seguir, con nuevos eventos ocurriendo día a día y, sobre todo, eventos que parecen demasiado importantes o significativos como para ignorar.
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Si tomamos por ejemplo la relación de los Estados Unidos con Rusia, o mejor dicho del gobierno de Donald Trump con el gobierno de Vladimir Putin, ésta ha atravesado varias etapas diferentes y ha estado caracterizada por toda clase de rumores, escándalos y sorpresivos giros.
La delgada línea que separa la amistad de la enemistad
La presencia de un outsider como Donald Trump, autoproclamado enemigo del establishment y los mecanismos más tradicionales de la política y la diplomacia, prometía impulsar un giro favorable en esta compleja relación, pero las cosas se han complicado en los últimos días.
Ya desde la campaña presidencial antes de las elecciones, y el famoso hackeo que perjudicó a Hillary Clinton, los opositores estadounidenses de Donald Trump han denunciado un misterioso vínculo de éste con Rusia, demasiado cercano y peligroso para los intereses nacionales según estas críticas.
Después sobrevino todo el asunto del espionaje y los supuestos datos “comprometedores y explosivos” sobre Trump en manos de la inteligencia rusa, historia que ambos mandatarios consideraron falsa y desestimaron rápidamente, para mantener la imagen de una relación apacible y cordial.
Sin embargo, la renuncia de Mike Flynn días atrás arrojó una nueva crisis al seno del gobierno estadounidense y un nuevo y gran obstáculo a la relación entre Trump y Putin.
Flynn renunció luego de que se descubrieran sus os con oficiales rusos, o del que no había informado propiamente al gobierno de Donald Trump.
Con la renuncia de Flynn, Rusia perdió un hombre cercano en la istración estadounidense, pero además esto sembró una gran desconfianza en oficiales del gobierno y en agencias de inteligencia estadounidenses, ante la posibilidad de filtraciones y otras irregularidades.
Al mismo tiempo Donald Trump, para desalentar sin ningún disimulo las versiones de un vínculo secreto con Rusia, criticó públicamente por primera vez las acciones del gobierno de Putin (enmascarando una crítica a Barack Obama) y marcó un cambio de tono importante en su forma de referirse a éste.
Con todo esto, según informa Bloomberg, ahora el Kremlin ha ordenado a la prensa oficial de Rusia que abandone el abordaje positivo y elogioso de Donald Trump.
La medida refleja la preocupación del gobierno ruso en torno a una relación diplomática que tal vez eventualmente resulte menos amistosa de lo que se preveía.
El gobierno de Putin justificó esta decisión argumentando que los ciudadanos rusos ya no están tan interesados en los detalles de la transición de poder en los Estados Unidos y del nuevo gobierno.
Sin embargo, fuentes cercanas al Kremlin dijeron a Bloomberg que la medida se debe, en parte, a que las autoridades rusas prefieren no promover algunas propuestas de Trump que han cobrado notoriedad en las noticias televisivas del país (como su famoso mantra de “limpiar el pantano” —«drain the swamp»—, referido a la intención de acabar con irregularidades, corrupción o abusos de poder).
Pero también a que la cobertura sobre Trump en la prensa oficial rusa ha superado la referida a Putin, lo que no le ha hecho mucha gracia al Kremlin.
Por primera vez desde 2012, Vladimir Putin se encuentra en segundo lugar en las coberturas de prensa, desplazado por las noticias sobre Trump.
Un vocero del Kremlin negó que se hubiera lanzado una orden a la prensa, calificando la noticia de “completa tontería” y diciendo que “la prensa determina sus políticas editoriales de manera absolutamente independiente”.
La relación de Estados Unidos con Rusia resulta ahora mucho más impredecible y conflictiva de lo que se imaginaba, y representa una nueva preocupación para Donald Trump y su gobierno, que en el mes que ha estado en el poder ha estado marcado por el caos y el desorden.
De todas maneras, en su reciente conferencia de prensa, Trump dijo que su gobierno está funcionando como “una máquina perfectamente ajustada”.
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