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Mundo

El Estrecho de Gibraltar y sus eólicas playas

Publicado 26 Sep 2012 – 02:39 AM EDT | Actualizado 5 Abr 2018 – 01:47 PM EDT
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En el extremo Sur de España, separándola por tan sólo unos pocos kilómetros del norte de África, se encuentra el Estrecho de Gibraltar. El lugar mítico donde en la antigüedad se emplazaban las Columnas de Hércules y que era paso obligado de todos los barcos que se aventuraban más allá del Mar Mediterráneo, buscando tierras desconocidas con las que comerciar o en las que establecer colonias.

Paseo de fantasía

Este Sur ventoso tiene hermosas playas desde las localidades de Tarifa hasta Algeciras. Ya sus nombres nos hablan a las claras de que hubo ocupación árabe en la zona. Pero además de quienes llegaron cruzando el mar, otros lo hicieron a través del continente y quedan en ella hasta vestigios de los suntuosos asentamientos romanos.

Los fuertes vientos dan forma a su vegetación, la inclinan caprichosamente. Y son ellos quienes han conseguido atraer al turismo, puesto que los deportes acuáticos de vela son muy populares entre la juventud que la visita en todas las épocas del año. En Punta Paloma, por ejemplo, el cielo se llena de bellos y coloridos parapentes, para disfrute de quienes van en ellos y de quienes desde la blanca y finísima arena contemplan el espectáculo.

Para proteger las bellezas naturales del lugar el gobierno ha creado el Parque Nacional Estrecho que abarca casi veinte mil hectáreas y tiene bajo su jurisdicción importantes zonas de avistamiento de aves (de las que se han contabilizado alrededor de 180 especies), un hermoso y exuberante bosque de alcornoques y tranquilas zonas de dunas, como las de Valdevaqueros y Bolonia, con su recientemente adaptada vegetación de pinos piñoneros.

En Baelo Claudia nos asombran las piscinas naturales de roca que se han formado debido al viento y la erosión marina; aquí se pueden visitar también las ruinas romanas, bastante bien conservadas, que nos permiten tener una idea de cómo era la vida en aquellos remotos tiempos; se aprecian aún las murallas, el Templo de Isis, el Capitolio, el Teatro, la Puerta de Carteia, el foro, el acueducto, las cisternas, la basílica con sus erguidas columnas, las factorías de salazón, la necrópolis, las termas y hay restos de numerosas viviendas; los paseos que se realizan cuentan con un guía y hasta los hay escenificados.

Naturaleza convergente

En la ciudad de Tarifa, de notorio origen árabe, da gusto pasear por las callejuelas blancas del recinto antiguo. Allí podremos acceder a su inmenso y bello castillo almenado, el Castillo de Guzmán el Bueno. Hay, además, varias torres para ver: la Torre de Cabo Plata, la de Gualdalmesi, la de Punta Caraminal, la de la Peña, la del Rayo y la de las Palomas; cada una con una historia particular. Es que esta increíble costa ha sido un punto estratégico que todos han querido dominar, tanto para prevenir ataques llegados desde el mar como para instalarse e iniciar desde allí la conquista del continente.

No podemos partir sin haber visitado la Isla de las Palomas (el punto más austral, donde convergen las aguas del Océano Atlántico y las del Mar Mediterráneo) en la que se puede practicar buceo, nadar con delfines o salir en barco para realizar avistamientos de cetáceos mayores. En este pequeño gran espacio todas las maravillas se hallan reunidas para que disfrutemos al máximo de días que, seguramente, serán inolvidables.

¿Conocías sobre el Estrecho de Gibraltar? ¿Te gustaría visitarlo":true}