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Actualidad

Cuando la hospitalidad conduce al éxito: Shelly Fireman y su imperio gastronómico

Publicado 9 Ago 2017 – 07:00 PM EDT | Actualizado 22 Mar 2018 – 09:28 AM EDT
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Las historias de éxito siempre nos sorprenden y muchas veces nos enseñan que a partir de una idea espontánea y creativa, se puede crear algo propio, único y exitoso.

Sheldon Fireman fue uno de los que ha tenido esas brillantes ideas con las que alcanzó a tener un exitoso imperio gastronómico.

Su historia comenzó en la década de 1960, cuando en una reunión con amigos en el barrio Greenwich Village de Nueva York, tuvo la idea de abrir un café las 24 horas, especializado en comida de desayuno.

El primer paso al éxito

Su idea se transformó en el Hip Bagel, que abrió sus puertas en 1964 y solo le costó 500 dólares. Pero el bajo precio y la espontaneidad de la idea no impidieron que se convirtiera en un famosísimo café, abierto por 14 años y siendo visitado por celebridades de la talla de Barbra Streisand y Woody Allen.

El éxito y la popularidad del lugar hicieron que Fireman se convirtiera en uno de los dueños de restaurantes más destacados de Nueva York con tan solo 20 años.

En 1974, abrió su segundo restaurante, Cafe Fiorello, a cuadras del Central Park. Y luego establecimientos como la Trattoria Dell’Arte o Brooklyn Diner, entre tantos otros, cada uno con su propio estilo y temática.

Una apuesta riesgosa

Nacido en el Bronx, Fireman empezó su carrera en la industria de la vestimenta pero sus ansias e impaciencia por ser exitoso lo impulsaron hacia otro camino.

Un camino que hoy, 53 años después, le ha permitido tener una compañía ( Fireman Hospitality Group) dueña de nueve restaurantes en Nueva York y Washington D. C. que no solo atraen a celebridades, sino que recaudaron cerca de 60 millones de dólares solo en 2016.

Sin embargo, el negocio de los restaurantes es una apuesta riesgosa y se estima que cerca del 60 % de los restaurantes en Estados Unidos cierran en los tres primeros años ─Nueva York un mercado todavía más desafiante con turistas y locales─.

¿Cuál es el secreto de su éxito?

Para Fireman todo se basa en la hospitalidad. Tiene la convicción de que es más probable que las personas recuerden cómo un lugar los hizo sentir, que la comida que consumieron.

Recordemos que la hospitalidad ya era fundamental desde los tiempos de Homero e incluso era mucho más frecuente en esa época. Sobre todo porque viajar era más duro, el transporte era más lento y las personas pasaban más tiempo lejos de casa. Es por eso que los viajeros confiaban en la hospitalidad de otros para hallar refugio, alimento y protección.

Hoy en día, el concepto de la hospitalidad ha cambiado, no hay reglas específicas de conducta ni tampoco represalias si alguien no es buen anfitrión. Sin embargo, su esencia se sigue basando en la amabilidad y la buena disposición hacia los invitados.

La buena acogida, la esencia de la hospitalidad, está muy presente en Sheldon Fireman y en sus establecimientos,en la medida en que el principal objetivo de sus establecimientos es ofrecerle al cliente una experiencia de contención, amabilidad y bienestar que trasciende la comida.

Si bien en su carrera ha tenido restaurantes de todo tipo, todos sus establecimientos tienen características similares: son edificios grandes, tienen conceptos definidos, precios altos y dependen mucho de su ubicación. Y cuentan con un personal apasionado, trabajador y que busca darle al cliente lo mejor.

La meta es ser hospitalarios, que las personas se sientan cómodas, se diviertan y pasen un buen momento, todo sin pensar en las ganancias sino en lo que pueden hacer para que la experiencia sea inolvidable.

La ubicación, es decir el vecindario en el que se encuentra cada restaurante, sirve como puntapié para satisfacer mejor a sus clientes. Y además, el arte es parte fundamental de la decoración y el estilo de sus restaurantes, buscando ofrecer una experiencia sensorial y emocional que deje huella en los clientes.

También hay fracasos

Pero parte del éxito también es reconocer y aceptar los fracasos, aunque no sea para nada sencillo.

En el caso de Fireman, uno de sus restaurantes en el Upper East Side de Manhattan fue un proyecto realmente difícil.

Durante 15 años no logró obtener beneficios a pesar de sus rediseños, cambios de nombre y de menús. También existieron otros fracasos como la idea de lanzar un Brooklyn Diner en Dubái.

Esto sumado a que su claro y particular enfoque en la hospitalidad le ha traído críticas de los empleados debido a que este en conjunción con la premisa de que el cliente siempre tiene la razón puede terminar yendo demasiado lejos.

Sin embargo, ninguno de los problemas de ser un empresario ha disminuido su voluntad. A pesar de estar hace más de 50 años en el negocio de los restaurantes, Fierman sigue con las mismas ganas de crecer y superarse.

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