¿Cuán corrupta es América Latina? Los números no son para nada alentadores
Transparencia, corrupción y desigualdad están directamente conectados: un país menos transparente es más corrupto y, también, más desigual. Es por eso que año a año se publican los índices de transparencia de todo el mundo: para detectar los problemas y generar un cambio.
“En muchos países, las personas se ven privadas de sus necesidades más básicas y se acuestan con hambre cada noche a causa de la corrupción. Mientras que los poderosos y los corruptos gozan de lujosos estilos de vida con absoluta impunidad”, manifestó José Ugaz, el presidente de Transparencia Internacional.
Los países menos corruptos del mundo y de América Latina
Como era de esperarse Dinamarca, Nueva Zelanda y Finlandia son los países más transparentes y menos corruptos del mundo.
En relación a América Latina, el país menos corrupto, ubicado en el puesto número 21 es Uruguay, aunque disminuyó su puntaje de transparencia: es el más bajo desde 2012. Tres puestos más arriba se encuentra Chile que, lamentablemente y al igual que Uruguay, descendió su puntaje de transparencia.
La corrupción: una constante en América Latina
Los demás países, a excepción de Colombia y Argentina que se encuentran en el puesto 90 y 95 respectivamente, están más cerca de la corrupción que de la transparencia.
De 176 países analizados, los números de América Latina dejan mucho que desear: Perú, en el 101, Bolivia, en el 113, Ecuador en el 120, México y Paraguay, en el 123 y Venezuela en el 166.
Según la página oficial de Transparencia Internacional, el hecho de que se hayan dado a conocer los “Panamá Papers” y el escándalo de Petrobras en Brasil ha permitido que la corrupción descienda o que al menos se comience a investigar con un mayor compromiso. Sin embargo, todavía queda mucho trabajo por hacer.
¿Qué es lo que hace que un país sea corrupto?
La poca confianza que transmiten las instituciones públicas, el mal funcionamiento de la policía y el poder judicial e incluso las leyes contra la corrupción suelen ser los determinantes de un bajo índice de transparencia.
Por su parte, los países mejores posicionados construyen su transparencia a base de libertad de prensa, de a la información sobre los gastos públicos, así como sistemas judiciales independientes.
Más allá de estos datos alarmantes, la pisada está comenzando a cambiar.
¿Lograremos descender los niveles para este 2017?