Crónica de un caos anunciado: conflictos y polémica en el senado estadounidense
La Trumpmanía, por llamarle de alguna manera a este fenómeno ineludible y omnipresente de noticias, análisis, curiosidades, protestas y opiniones vertidas en redes sociales, sobre Donald Trump o su gobierno, ya ha comenzado a generar cierta fatiga y hartazgo en mucha gente, lo que resulta sin dudas comprensible.
Van 20 días de una istración que durará cuatro años, y uno se ve inclinado a preguntarse, ¿seguirá así todo el tiempo?
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Pero a la vez, parece inevitable prestar atención y, sobre todo, intentar comprender qué es lo que está sucediendo en medio de este proceso agitado, caótico, inédito, que está afectando profundamente la política estadounidense y que tiene potenciales implicaciones en todo el mundo. Por eso, a pesar de sumar una gota más al turbulento mar trumpiano que baña las costas de internet, veremos qué es lo que está ocurriendo en el nuevo senado estadounidense, escenario de sonados conflictos en los últimos días.
La confirmación de los nominados
El procedimiento constitucional en los Estados Unidos indica que, como parte de la transición de gobierno, el presidente electo nomina a sus candidatos para el gabinete, y es luego el senado el que, mediante votación, los confirme o no en el puesto por mayoría simple.
Antes, se realiza una votación reducida dentro de uno de los comités específicos que hay en el senado, directamente vinculado al cargo que se pone a consideración (por ejemplo, la confirmación del Secretario de Estado es votada primero por el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, la del Secretario del Tesoro por el Comité de Finanzas, la del Fiscal General por el Comité Judicial, y así), y después se somete a la votación de todo el senado.
Los nominados son también sujetos a una revisión de la Oficina de Ética que ratifique su aptitud para el puesto.
Solamente 9 nominados han sido rechazados por el voto del senado en la historia de los Estados Unidos.
Todo este proceso, en la istración de Donald Trump, ha sido bastante más extenso y caótico que lo habitual, en parte porque el propio Trump demoró en anunciar algunos de sus nominados, pero también porque muchos demócratas en el senado han manifestado especial preocupación en torno a los nombres propuestos, o directamente un simple rechazo.
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Betsy DeVos
El 23 de noviembre de 2016 Donald Trump anunció que su opción para la Secretaría de Educación de los Estados Unidos era Betsy DeVos, empresaria millonaria, miembro del Partido Republicano y vinculada al cristianismo protestante.
El principal argumento demócrata en su contra es su completa falta de experiencia, tratándose de una persona que nunca tuvo, ni ella ni sus hijos, ningún vínculo en absoluto con la educación pública.
Pero también está el asunto de que a través de sus negocios y su dinero, DeVos ha contribuido directamente en las finanzas del Partido Republicano y su campaña presidencial, con un enorme potencial de conflicto de intereses.
Por último, varios grupos y gremios de educadores se oponen a su designación basados en sus las posiciones y propuestas educativas que ha manejado, especialmente dedicadas a los manejos de finanzas con un enfoque privado y monetarista de las escuelas públicas.
Su comparecencia inicial ante el Comité de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones del Senado estaba prevista para el 10 de enero, pero fue postergada porque la Oficina de Ética solicitó más tiempo para revisar sus declaraciones financieras.
DeVos se presentó ante este comité, formado por 12 senadores republicanos y 11 demócratas, una semana después y el debate que se dio fue un preámbulo de lo que sería después su audiencia ante el senado completo. Los senadores demócratas cuestionaron sus donaciones al Partido Republicano, su fortuna y su vínculo personal con préstamos estudiantiles. Varios medios informaron que en su respuestas escritas había plagiado a un oficial del gobierno de Barack Obama.
El comité finalmente ratificó el 31 de enero su nominación con una votación de 12 a 11, como se podía prever, aunque varios senadores, de ambos partidos, informaron que habían recibido numerosas llamadas de votantes oponiéndose a su designación como Secretaria de Educación.
Este 7 de febrero, el senado completo votó su nominación.
Las senadoras republicanas Susan Collins y Lisa Murkowski se manifestaron en contra, lo que sumado a la oposición de los 46 senadores demócratas y los dos senadores independientes, dejó la votación empatada en 50-50.
La sesión duró 30 horas, ya que los demócratas se mantuvieron toda la noche presentando argumentos en contra de su nominación, con la intención de convencer a algún otro senador republicano y revertir la votación.
Finalmente, el vicepresidente Mike Pence tuvo que interceder en la votación para desempatar, hecho que ocurrió por primera vez en la historia del senado, y definiendo finalmente a Betsy DeVos como la Secretaria de Educación de Trump, por un margen de 51 a 50.
Uno de los senadores republicanos que votó a su favor fue Jeff Sessions, que por su parte ha sido nominado por Donald Trump para el cargo de Fiscal General, y era también otro de los candidatos polémicos del gabinete.
La votación para ratificar a Sessions en el puesto de Fiscal General fue postergada por los republicanos, temiendo que si se votaba antes que a DeVos, el senador republicano que ocupara su lugar podía comprometer la designación de la Secretaria de Educación.
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Jeff Sessions
La oposición a Jeff Sessions como Fiscal General también surgió inmediatamente después del anuncio de Trump como nominado, en noviembre.
Especialmente por grupos y activistas de derechos civiles, entre otros (una carta firmada por 1400 profesores de derecho exhortaba al senado a rechazar su nominación).
Su primera audiencia preliminar ante el Comité Judicial del Senado fue interrumpida por manifestantes.
El 1 de febrero, este comité, al igual que sucedió con DeVos, aprobó su nominación con una votación de 11 a 9, que se corresponde con los 11 senadores republicanos y los 9 demócratas que lo conforman.
Este 8 de febrero, finalmente la nominación de Sessions fue sometida a la votación del senado completo y aprobada por 52-47, contando con el voto del senador demócrata de tendencia conservadora Joe Manchin, que rompió el voto en bloque de su partido.
En el caso de Sessions, la fuerte oposición de los demócratas se debe a su presunto racismo, algo que ya le ha ocasionado inconvenientes.
En efecto, en 1986, Jeff Sessions fue propuesto por el entonces presidente Ronald Reagan como juez de distrito de una corte de Alabama y, como indica el procedimiento, también se presentó ante el Comité Judicial del Senado para ser aprobado como tal, lo que generó un revuelo.
Las acusaciones en aquel entonces apuntaron a su simpatía por el KKK y su aversión a agrupaciones de derechos civiles como la NAA y ACLU, a las que consideraba antiamericanas y "de inspiración comunista".
La votación de este comité finalmente negó la nominación de Sessions como juez de distrito basándose en estas denuncias, con una votación en contra de 10 a 8.
Sessions se convirtió en el segundo nominado en 48 años en ser rechazado por el Comité Judicial.
Se puede notar la paradoja de que alguien rechazado por racista en la década del 80, para un cargo de juez de distrito, reciba ahora, 30 años después, la aprobación del senado para Fiscal General de los Estados Unidos.
En un curioso acontecimiento, durante esta reciente votación y debate de Jeff Sessions, la senadora demócrata Elizabeth Warren recordó aquella vieja polémica, y la oposición de varios activistas de los derechos civiles a la nominación de Sessions.
Citó por ejemplo palabras del senador Ted Kennedy (hermano de JFK) y leyó una carta de la afamada activista negra Coretta Scott King (esposa de Martin Luther King), quienes se opusieron firmemente a Sessions en los 80.
Cuando estaba leyendo esta carta, el senador líder de la mayoría republicana Mitch McConnell alegó que Warren estaba violando las reglamentaciones del senado al leer estas consideraciones pasadas sobre Sessions, y los senadores republicanos votaron en bloque para que la senadora fuera retirada del debate.
Elizabeth Warren, ya fuera del senado, continuó con la lectura de la carta de Scott King mientras transmitía el mensaje por la web.
El gabinete de Donald Trump tiene ahora confirmados ocho , y otros 10 con confirmación pendiente mediante la votación del senado.
Teniendo en cuenta la aprobación de Betsy DeVos y Jeff Sessions, dos de sus elecciones más criticadas, se puede suponer que todos ellos serán eventualmente confirmados, gracias a la mayoría en el senado.
Por delante queda todavía la votación de Scott Pruitt, fuerte opositor de las regulaciones y las políticas ambientales, como jefe de la Agencia de Protección Ambiental.
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