Corea del Norte: los tratos en prisión que llevaron a Otto Warmbier a la muerte
Otto Warmbier fue condenado a 15 años de prisión por robar un cartel en un hotel de la capital de Corea del Norte. Había ido a ese país por vacaciones, pero su destino terminó siendo totalmente diferente al que esperaba: Warmbier estuvo 15 meses en prisión hasta que fue enviado de regreso a su país «por razones humanitarias».
Pero Otto llegó a su país con un gran daño cerebral. No hablaba, su mirada estaba perdida; en concreto, todo su ser estaba perdido. A los 6 días de regresar a su país falleció rodeado por familiares. Sus padres manifestaron que, por fin, Otto había cambiado su rostro. Creen que, finalmente, se sentía como en casa y podía irse en paz. «Terminó el viaje a casa», manifestaron sus padres.
Pero la muerte de Otto levantó muchísimas sospechas sobre el trato que los prisioneros reciben en Corea del Norte. Incluso, Donald Trump manifestó su preocupación —sobre todo teniendo en cuenta que hay 3 estadounidenses detenidos en ese país—.
Corea del Norte expresó que estaba tan asombrado como su familia y el propio gobierno de Estados Unidos. Según ese país, contrajo botulismo, una enfermedad que genera parálisis en el cuerpo. No obstante, tras varios estudios en su país de origen, los médicos no encontraron ninguna señal de esa enfermedad en su cuerpo.
¿Qué le pasó a Otto Warmbier?
Sus padres explicaron que Otto, según los médicos, llegó a Estados Unidos con «daños neurológicos graves» y eso, probablemente, se debía a «maltratos tortuosos horribles».
Lo cierto es que en los campos de prisioneros en Corea del Norte no hay rastros de tratos humanos. Todo lo contrario: Amnistía Internacional ya había alertado a Corea del Norte por el funcionamiento de los mismos: «Los prisioneros son sometidos, con frecuencia, a tortura y a tratos crueles, inhumanos y degradantes».
Según Fox News, lo que le sucedió a Otto Warmbier es tan solo «la punta del iceberg». Se filtraron videos de cómo las fuerzas de Corea del Norte trataban a los prisioneros —que, por cierto, muchos de ellos carecen de condenas fiables y son detenidos por detalles ínfimos—. Los videos que están en Internet son de una crueldad inmensa y de un trato inhumano. Por este motivo, se optó por no reproducirlos. Si bien las imágenes, a veces, valen más que mil palabras, también es cierto que las imágenes pueden herir sensibilidades y, además, que las palabras pueden llenar esos dolorosos vacíos sin causar tantos estragos en quienes lo leen.
Hombres y mujeres son golpeados, torturados y abusados verbalmente sin aparente justificación. Desde la comisión asiática por los derechos humanos se mostró una gran preocupación no solo por los tratos a los prisioneros, sino por el grado de pena que se le adjudica a personas que no cometieron ningún delito. Para Phil Robertson, subdirector de la comisión, Otto nunca debería haber sido llevado a juicio. «Corea del Norte es un agujero negro en cuanto a los derechos humanos. Esta muerte debe ser una llamada de atención para los gobiernos que tienen vínculos con este país».
Las torturas que se viven día a día en los campos de prisioneros de Corea del Norte podrían haber matado a Otto Warmbier y a cientos de personas. ¿Cómo podemos terminar con el horror que Corea del Norte infunde en el mundo? Amnistía Internacional y otras organizaciones están trabajando en ello.