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Ciencia y Tecnología

Cómo ayudar a niñas y niños a vencer la timidez (según la ciencia)

Publicado 22 Ago 2017 – 12:30 PM EDT | Actualizado 14 Mar 2018 – 09:48 AM EDT
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Las niñas y niños tímidos de hoy pueden ser los adultos inhibidos e inestables del mañana. Aprender cómo ayudar infantes a vencer la timidez de forma positiva y saludable es sembrar una importante semilla de esperanza y es una responsabilidad que cualquiera puede asumir.

De problema menor a problema mayor

La timidez en la niñez o, más ampliamente, las inhibiciones de conducta, pueden conducir a trastornos de personalidad en la adolescencia y la adultez, y a una vida de limitaciones o fracasos. Las investigaciones sugieren también que el impulso y el voluntarismo de padres y madres  puede que empeore las cosas.

Desde la psicología se define la timidez como una tendencia a retirarse de los encuentros sociales y a sentir tensión e incomodidad en eventos de interacción social. Forma parte del temperamento del niño o niña y especialistas de todo el mundo han detectado que puede ser un rasgo muy persistente.

La modernidad castiga la timidez

Un estudio de 1988 reveló que niñas y niños tímidos observados cuando tenían 4 años de edad, mantuvieron un similar comportamiento inhibitorio casi 4 años después. Las chicas y chicos extrovertidos también siguieron siéndolo.

Otro estudio de los años 1980 indagó sobre la vida llevada por personas de la tercera edad que se habían caracterizado por su timidez en la niñez. Se encontró que las personas más tímidas tenían vidas y carreras menos estables que aquellas desinhibidas.

La sociedad posmoderna premia la extroversión y la habilidad de expresarse oralmente y por escrito.

Ser tímido puede ser muy enojoso, a menos que la persona se capaz de hacer grandes cosas por Internet, sin que requieran su presencia física.

Ayudar y soltar

Según la psicología, la clave para ayudar a niñas y niños tímidos es sacarlos hábilmente de su zona de confort sin intentar cambiar su naturaleza. Recomiendan una « estrategia de andamiaje», es decir, proporcionar al pequeño ser unos apoyos iniciales y luego estimularle a actuar con independencia.

Ejemplo: un chico que se siente muy tenso porque por primera vez va a dormir en el campo y sin la compañía de su padre o madre. En vez de atormentar al niño con súplicas o amonestaciones de que no sea nervioso, vale más organizar en casa una pijamada, invitando a otros amigos, o enviarlo una noche a dormir en casa de la abuela o de una tía. El chico vive un cambio, pero siente que cuenta con una especie de seguro.

Otro aspecto es la relación del padre y la madre con el niño. Cuando es demasiado paternalista, los problemas de timidez se acentúan, mientras que la falta de calidez padre – hijo puede contribuir a la aparición de comportamientos inhibitorios.

Los programas escolares que abordan profesionalmente la timidez del alumnado han demostrado ser efectivos, aunque algunos padres y madres sienten aprensión de que sus hijos e hijas participen por temor al señalamiento.

Algunos de estos programas han conducido no solo a la superación de la timidez, sino también a la mejora del rendimiento escolar.

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