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Ciencia y Tecnología

Científicos descubren por qué los gritos humanos nos dan miedo

Publicado 23 Jul 2015 – 06:00 PM EDT | Actualizado 2 Abr 2018 – 09:15 AM EDT
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Imagina que estás tranquilo y de repente escuchas un grito humano desgarrador. Probablemente sientas algo de miedo, necesidad de saber el motivo que lo causa o ayudar a la persona. Un grupo de científicos se ha preguntado ahora el por qué de este miedo al escuchar un grito humano y las emociones que despierta en nosotros.

Los sonidos

Los gritos son una forma de comunicación que hace saber a otros que nos encontramos en peligro. Para encontrar la diferencia en ellos, los científicos de la Universidad de New York escucharon videos de Youtube y películas con gritos, además de a algunos voluntarios. Era necesario establecer por qué se diferencian de otros ruidos altos y fuertes.

Cuando estudiaron la acción sobre las neuronas auditivas, se dieron cuenta de que los gritos activan cierta información acústica que no es necesaria para la comunicación. Es similar a lo que sucede con las alarmas de los autos y otros sonidos similares. Todo se debe a una propiedad llamada aspereza, que tiene que ver con la velocidad en el cambio de volumen de un sonido.

Los gritos cambian muy rápido, yendo entre los 30 y los 150 Hz. En una conversación común, el volumen va entre los 4 y los 5 Hz. Los científicos encontraron que los gritos con mayor aspereza son los que causan más miedo, debido a que involucran a la amígdala cerebral, una estructura esencial para lo que es la habilidad de sentir emociones.

El miedo

Los científicos encontraron que la aspereza es un atributo que podría resultar una ventaja evolutiva. Los gritos activan el miedo de forma mucho más rápida que cuando vemos algo y lo procesamos en nuestro cerebro. Sin embargo, no es una cualidad exclusiva de los gritos humanos, sino que las alarmas y otros sonidos similares despiertan la misma respuesta.

Además, los que escuchamos en una película de terror no solo activan el miedo, sino que al estimular la amígdala se liberan endorfinas, las cuales nos dan placer. Ahora que descubrieron esto, los científicos se centrarán a futuro en los llantos de bebé, algo que es innato y muy interesante, para saber si su aspereza despierta las mismas emociones.

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