5 trucos químicos para el día a día
El saber de química no sólo sirve para el colegio o el trabajo, sino que también puede serte útil en tus labores cotidianas. Hoy te vamos a presentar 5 trucos químicos para todos los días que te harán las cosas más fáciles. No dejes de probarlos.
5. Enfría rápidamente tus cervezas
La cerveza perfecta se sirve bien helada, y si necesitas enfriarla rápido, existe un truco químico que te dará una buena mano. Toma una cubeta con agua y añade sal con movimientos circulares. A continuación, agrega una buena cantidad de hielo. Mete tus cervezas a la cubeta y en menos de 5 minutos estarán congeladas, ello se debe a que cuando las moléculas de la sal para cocinar se disuelven en el agua, esta reduce considerablemente su punto de congelamiento, cristalizándose para forma hielo y a una temperatura bajísima. ¡ Cerveza congelada en minutos!
4. Cocina hamburguesas a la perfección
Al poner hamburguesas en la parrilla, estas no se cocinan de forma uniforme. El exterior puede verse listo, pero el interior no lo está. Puedes solucionar todo con un truco de química: haz un pequeño agujero del tamaño de una moneda en el medio. Ponlas en la parrilla y el calor se va a distribuir por toda la hamburguesa, ocurriendo la reacción de Maillard, que se da entre azucares y aminoácidos, dándole a la carne cocinada su color y sabor característico.
3. Cómo saber si un huevo está en buenas condiciones
Los huevos deben consumirse antes de cierta cantidad de días y pasado ese periodo, no sabes si es seguro comerlos. Pero lo puedes averiguar con un simple truco: sumerge el huevo en un frasco de vidrio lleno de agua. Si es que están en buenas condiciones se van a hundir, si flotan es porque no son aptos para consumo. Esto se debe a que la cáscara de los huevos posee pequeños poros, pensados para permitir que los pollos respiren, pero también dan lugar a que entren bacterias, las que producen un gas llamado sulfuro de hidrógeno. Si se sumergen en agua, ese gas saldrá y los huevos flotan.
2. Corta cebollas sin llorar
No son pocos los que lagrimean e incluso sienten ardor en los ojos al picar cebolla, ello se debe a que estas contienen aminoácidos sulfóxidos y otras enzimas. Al cortarlas, se unen formando ácido sulfénico, que reacciona con componentes en tu ojo, generando esa sensación de ardor y lagrimeo. No es posible evitar por completo estas reacciones, pero si disminuirlas bastante si es que mantienes las cebollas refrigeradas antes de usarlas.
1. Enhebrar una aguja fácilmente
Pasar el hilo por el ojo de una aguja requiere tiempo y buena paciencia, pero hay una forma de hacerlo mucho más fácil. Sumerge la punta del hilo en barniz o esmalte de uñas transparente, déjalo secar y luego pásalo para enhebrar la aguja fácilmente. El barniz de uñas está hecho de nitrocelulosa mezclada con acetato de butilo o un polímero tipo etilo. Cuando se aplica sobre una superficie, forma una película dura sobre ella.
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