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Mundo

5 formas en que las mujeres de la época victoriana arriesgaban su vida por seguir los ideales de belleza

Publicado 30 Jun 2016 – 03:37 PM EDT | Actualizado 5 Abr 2018 – 01:47 PM EDT
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En pleno siglo XIX, no era común utilizar demasiado maquillaje. De hecho, la reina Victoria lo considerba « vulgar» y a aquellas mujeres que se maquillaban eran prácticamente consideradas como  prostitutas. 

Como consecuencia, las mujeres recurrían a distintas ideas tanto originales como « naturales» para adquirir las cualidades que el maquillaje aporta. Estas ideas están lejos de ser buenas ideas; de hecho son demasiado peligrosas y escalofriantes. Además, algunas de ellas ponían su salud en auténtico riesgo, al punto de llegar a matarlas.    

A continuación te comentamos las peores tendencias de cosmética usadas en el siglo XIX

5. Blanqueamiento de piel

En esta época tener un piel pálida era algo importante para las mujeres. Esto se debe a que la palidez de la piel era un indicador de clase alta, ya que demostraba que la mujer era lo suficiente pudiente para no trabajar al rayo del sol

Se trató de un estándar de belleza influenciado por ideas clásicas: la piel tan blanca como las perfectas esculturas de mármol. 

La débilidad y la frágilidad transmitidas por la piel pálida eran consideradas como marcas de belleza, al punto en que las mujeres parecían realmente enfermas o incluso muertas. Irónicamente, para la época la piel pálida connotaba pureza, inocencia, salud, belleza y clase

En 1984S.D. Powers publicó el libro The Ugly Girl Papers que tenía una serie de recomendaciones para las mujeres para mejorar su apariencia. En particular, recomienda cubrir sus rostros con opio proveniente de hojas de lechuga toda la noche, y lavar luego sus rostros con amoníaco en la mañana. Según el autor, al realizar esto todos los días las mujeres se verían frescas y pálidas siempre.   

Otra técnica era aplicar arsénico en el rostro con el fin de remover las pecas o el bronceado. Tal era el deseo de perfección que aplicaban arsémico aún sabiendo que era venenoso y adicitvo.

4. Cabello en llamas

En esta época, el cabello rizado era lo más popular. Sin embargo, para rizarlo muchas mujeres utilizaban un ondulador de cabello de metal. Este era calentado directamente al  fuego, por lo tanto si las mujeres aplicaban el ondulador y el mismo se encontraba muy caliente, podían prender fuego a su cabello. Esta situación era bastante común, lo que ocasionó muchos problemas de calvicie en las mujeres de la época.

Claro que en vez de abandonar esta costumbre tan peligrosa, se dedicaban a buscar  remedios y medicinas para la calvicie, que en general empeoraban la situación. Por ejemplo, se sugería que debían lavarse el pelo con agua y amoníaco para estimular el crecimiento del cabello. Pero el amoníaco es un compuesto sumamente peligroso, que puede causar  problemas respiratorios y quemaduras en la piel

Nuevamente, S.D. Powers hizo sus aportes. La autora recomendó una mezcla de sulfato de quinina y una tintura aromática para tratar la calvicie y evitar el o directo entre el ondulador y el pelo. 

3. Dietas con gusanos

En la época Victoriana, las cinturas debían ser lo más finas posibles. Por esta razón es que creció considerablemente la popularidad del corsé. Pero para perder peso, las mujeres adquirieron una costumbre bastante desagradable y peligrosa. Algunas mujeres tragaron gusanos acintados vivos, que se encargarían de devorar todo alimento consumido

Cuando querían terminar la dieta, tomaban una pastilla para matar al gusano o se sentaban frente a un vaso de leche con la boca abierta, esperando a que el gusano se sintiera atraído y saliese del cuerpo por su voluntad. Esta última opción, además de ridícula, era bastante peligrosa considerando que estos gusanos parásitos pueden crecer hasta 9 metros

El Dr. Meyers de Sheffield inventó un dispositivo para remover los gusanos del estómago. El mismo consistía de un cilindro de metal lleno de comida que se colocaba en la garganta de la paciente. De tal modo, el gusano iría a la búsqueda de alimento. Sin embargo, muchas mujeres murieron en el proceso por asfixia

2. Depilación química

En su libro, S.D. Powers recomendó a las mujeres que  no se arrancaran los pelos ya que eso causaría que crecieran más en su lugar, mito totalmente desmentido actualmente. Para deshacerse del pelo no deseado, recomendó algunas alternativas: desde secar la piel con cenizas de madera para quitar el pelo hasta algunas mucho más preocupantes. 

Una alternativa no tan inocente consisitió en utilizar hipoclorito de calcio o « cal clorada» seguido de vinagre. Este compuesto es un fuerte descolorante, usado para descolorar algodón y desinfectar agua. De esto modo lograrían quitarse el pelo y descolorar la piel. 

Junto a su consejo, itió que este compuesto podría quemar gravemente la piel

1. Higiene dental con veneno

En su libro, S.D. Powers recomendó tomar una cucharada de amoníaco en un vaso de agua para mejorar el mal aliento y prevenir el daño en los dientes. Además, aconsejó utilizar pan quemado y carbón para limpiar los dientes. 

En 1870, se publicó la guía Personal Beauty: How To Cultivate and Preserve It in Accordance with the Laws of Health, y en la misma, el autor recomienda que cuando los dientes comienzan a pudrirse, se debe lavar la boca con brandy, alcanfor y mirra. El consumo de  alcanfor tiende a ser letal

¿Qué te parecieron estas tendencias? ¿Cuál te impresionó más?

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