Qué supone ser deportista y tener la menstruación: la nadadora Fu Yuanhui rompe el tabú

Fu Yuanhui había quedado cuarta en una carrera de los Juegos de Rio, y sintió que debía explicarse durante una entrevista al salir de la piscina. "Me vino el período anoche y ahora mismo estoy muy cansada. Pero esto no es una excusa, no nadé tan bien como debería haberlo hecho".
Así, de manera tan espontánea, la nadadora china ya conocida por su cara de sorpresa al enterarse que había ganado una medalla ha arrasado con siglos de presión social por mantener la realidad de la menstruación a oscuras.
La menstruación en el deporte
Su sinceridad se está calificando de revolucionaria. En el entorno de la competición prácticamente nadie se había atrevido a hablar tan abiertamente del tema, y muchos están agradeciendo este gran paso. "Le doy la medalla de oro", dice un titular. "Competir con la menstruación y aún así sentirse mal por acabar en el cuarto lugar: Fu Yuanhui, eres fantástica. Eres nuestro orgullo", comenta un en la red social china Weibo, según recoge NYTimes.
Anemia, dolores, y baja energía son algunos de los síntomas que afectan a las deportistas cuando deben estar a pleno rendimiento, y pocos están tratando esta situación. Las estrictas normas antidopaje prohíben la mayoría de los calmantes para el dolor y los suplementos vitamínicos que podrían ayudar a compensar esas condiciones. Para preveer esto, las deportistas estudian el ritmo de su ciclo y así poder planificar su estado físico en las competiciones.
"Tenemos que lidiar con otro elemento del que nadie habla", dijo la tenista Tara Moore en 2015. " Desde luego que es duro, cualquier cosa que afecta a tu rendimiento lo será. Siempre esperamos que no nos coincida con los torneos". Heather Watson insinuó en 2015 que su mala condición física durante el Open de Australia se había debido a que estaba pasando por el período.
La cuestión no se trata en poner a la mujer en una posición débil, sino lograr que se aprueben medidas que faciliten la situación, cosas tan sencillas como ser más flexibles con el uniforme (Moore dice que el blanco obligatorio de Wimbledon es una pesadilla) y permitir descansos más largos para ir al baño durante las competiciones.
Uno de los gestos más icónicos fue el de la artista y activista Kiran Gandhi, que completó el maratón de Londres durante el primer día de su ciclo sin ningún tipo de producto sanitario, dejando que la naturaleza siguiera su curso.
Luchando contra la censura
Para ser algo que afecta a la mitad de la población mundial, el período continúa siendo un tema tabú no sólo en las sociedades más conservadoras sino también en la cultura moderna. La mayoría de las mujeres viven la menstruación en secreto, y como mucho lo comentan con sus amigas más cercanas. La lucha por normalizarla lleva ya varias décadas de recorrido: los años 70 recibieron a las primeras activistas del período, con el rompedor libro 'El eunuco femenino', de Germaine Greer, y artistas como Judy Chicago que utilizaban tampones y compresas como materiales para sus obras.
En la década siguiente, las activistas, el gobierno y la industria se unieron para ofrecer productos sanitarios más seguros en medio de la crisis del Síndrome del Shock Tóxico en 1980, cuando murieron 38 mujeres en Estados Unidos. A la vez, la cultura hippy abogaba por usar productos naturales hechos en casa.
La lucha de las 'menstrual activists' sigue a día de hoy, enfrentándose a continuos casos de censura. El año pasado Instagram borró una fotografía de la poetisa Rupi Kaur tumbada sobre la cama con una mancha de sangre en el pantalón. La reacción de la App fue justo la que Kaur necesitaba: la imagen era parte de su estudio sobre la misoginia y el patriarcado. Volvió a publicar la foto en Facebook contando el caso y consiguió más de 18,000 shares. Instagram acabó disculpándose.
La polémica volvió cuando el metro de Nueva York se negó a aprobar la campaña publicitaria de Thinx, una marca de ropa interior pensada para esos días del mes. La decisión fue recibida con indignación, pues las imágenes eran muy minimalistas y nada provocativas en comparación con los discriminatorios anuncios que se suelen ver en los vagones del metro (fomentando las operaciones estéticas y criticando los cuerpos diferentes). Poco tiempo después cambiaron de opinión y permitieron que se mostrara la campaña.
El comentario de Yuanhui no logrará que todo se solucione de la noche a la mañana, pero es un gran paso. Todavía queda acabar con el estigma y la superstición que existe alrededor de ello en los países en desarrollo, que los productos sanitarios cuenten con ayuda económica para las mujeres que están en la pobreza, y otras muchas tareas pendientes.
Podemos adivinar lo siguiente: que Disney presente a la primera heroína que habla de la menstruación.
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