¿Por qué la mujer engaña más que el hombre?
A tí imujer ¿te pasa que vas por la calle, ves un chico y se te desvían los ojos? ¡No te preocupes! No eres la única. Una encuesta de 3000 personas demostró que las mujeres son más propensas a engañar que los hombres. El sondeo, hecho por la firma británica "Coffee & Company" arrojó datos que prueban que el 9% de los hombres engañarían a sus parejas en caso de que se enamoraran de otra persona. Lo llamativo es que un 25% del plantel femenino respondió que definitivamente tendrían una aventura con alguien si ese chico logró captar su interés.
Otro dato significativo que se desprende es que las mujeres de 35 a 40 años son las más propensas a ser infieles. Se cree que es porque la mayoría no tiene hijos entonces busca más cosas en la pareja que la simple rutina. El problema es que esa rutina termina por desgastar a la pareja, entonces la mujer sale a buscar algo de amor que la mantenga alejada de ese sentimiento de abandono.
El sexo también es un gran problema aquí, cuando se vuelve aburrido y no tiene nada de innovador, es posible que tú tengas ganas de salir a buscar un poco más de acción por ahí afuera.
A veces los hombres suelen llenarse de trabajo que canalizan en actividades deportivas, hobbies o reuniones con amigos. Pero el conflicto aparece cuando en todo ese plan dejan por fuera a su pareja; las mujeres solemos necesitar atención y si nuestras parejas nos excluyen de sus vidas, probablemente corramos a los brazos de alguien más que sí nos tenga en cuenta.
Aún así chicas queremos decirles que todas las relaciones, ya sea de noviazgo o de matrimonio, toman su trabajo y probablemente la solución a los momentos infelices de ambos no sea salir a buscar otra persona. Puede ser mucho más productivo tratar de fomentar la comunicación, ya que son pocos los que perdonarían una infidelidad y por este motivo podemos perder una pareja estable. Hablando pueden salvar la relación, ya sea para recordar por qué se enamoraron y seguir juntos con más fuerza que antes, o simplemente para decidir que hasta acá llegó su amor.
¡Atentas chicas! Decidamos racionalmente, que no nos ganen los impulsos.