La historia de amor que te demostrará que las casualidades no existen
Muchas personas han intentado, a lo largo de la historia, definir al amor pero ninguna de ellas lo logró completamente. El amor es fluctuante, imparcial, muchas veces irracional y otras tantas perfecto. No sabemos si es una casualidad, si es el destino o si es una conexión especial capaz de darse únicamente con esa persona. Cuando se trata de amor, mucho sentimos pero poco sabemos y ¡está bien que así sea! Lo que sí podemos decir es que una vez que el amor llega difícilmente podamos ignorarlo…
Todo pasa por algo
Blake y Kevin se conocieron durante un campamento de verano en su adolescencia. En ese momento, se intercambiaron números de teléfono y siguieron en o por algún tiempo. Lo que no sabían, sin embargo era que ambos habían calado tan profundo en el otro que les iba a ser casi imposible olvidarse.
El tiempo siguió y ambos continuaron con sus vidas, separados pero sin dejar de pensar un momento en el otro. Había algo inconcluso en su historia que los tenía en vilo…
Durante el último año de secundaria, Kevin pasó por algunos problemas típicos de la adolescencia, pero con una intensidad tan grande que lo hizo tomar una decisión irrevocable: acabaría con su vida. Luego de haber tomado la decisión se dirigió al lugar dónde lo haría y tan solo diez segundos antes algo pasó:
Cuando supo lo él estaba a punto de hacer, Blake lo detuvo y le pidió que la volviera a llamar el día siguiente. Esa misma noche, Kevin comenzó a escribir una carta que años después utilizó para pedirle matrimonio a su amor adolescente. Actualmente, están felizmente casados y disfrutando de un amor idílico que literalmente les salvó la vida.
En definitiva, no importa cuál es la definición del amor, es algo que se siente pero no se racionaliza. Todos vivimos amores diferentes y de ahí deriva la multiplicidad de conceptos. Lo más importante, es que ese amor nos haga felices y logre, acompañarnos en el sinuoso camino de la vida.
Y tú…¿crees en las casualidades?
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