4 señales de que la relación con tus vecinos debe llegar a su fin
Ya has intentado de todo, pero el vecino no deja de poner la música a todo volumen los lunes a la medianoche. Y claro que padeces todas las consecuencias de sus elecciones musicales: al otro día vas a trabajar de malhumor y con ojeras. El café ya no hace efecto, todo tu optimismo de llegar a un acuerdo pacífico quedó lejos en el horizonte… Déjame decirte, querido lector, que hay momentos en la vida en que no queda otra opción que terminar la relación con tu vecino…
1. Tu casa se ha convertido en el río Nilo
Te mudaste hace poco y cuando te mostraron el apartamento estaba impecable, a simple vista la pintura estaba perfecta, todo muy lindo. Hiciste todos los trámites y te mudaste, solo era cuestión de horas para empezar a notar manchitas de humedad en el techo del baño… y al otro día ya las veías en el living y la cocina.
Y ahí estás ahora, poniendo baldes por todos lados, estás desesperado, la casa se te está inundando. ¿Cuál es el problema? El vecino que vive exactamente arriba tiene “algunos” problemas de saneamiento, que ha intentado repararlo (según cuenta) pero el problema sigue y sigue. ¿Hasta cuándo soportar esta situación? Si no marcas límites con tu vecino vas a terminar convirtiéndote en un pez...
2. Padeces de sordera desde que alquilaron el 402
Si tu vecino escuchara música relajante quizás todo fuese muy distinto, pero lo cierto es que no escucha música clásica, ni jazz, ni música tibetana. No discrimina entre días de la semana y mucho menos horarios, su música suena a cualquier hora y a todo volumen.
Sientes estrés y cansancio, pero todavía no le has golpeado la puerta, ¿qué esperas? ¡Ve y haz valer tus derechos! Como mucho lo que puede pasar es que perderás un vecino.
3. Has perdido el olfato a causa del arte culinario de la señora de abajo
Está todo bien con la señora, es simpática y tiene un perrito chiquito que a veces muestra los dientes. Pero el problema es que tu casa dejó de ser una casa y parece un restorán: olor a hamburguesas, papas fritas, carnes…
No sabes si vive cocinando para sus nietos o simplemente vende comida, pero tú has perdido el olfato, ya no sabes lo que es el agradable aroma de una rosa. Sí, es simpática, pero ya no puedes seguir así, y su perro no podrá hacerte mucho daño.
4. Perdiste un dedo por el amigable perrito de tu adorable vecino
Tu vecino tiene un perro muy cariñoso, pero solo con él. Siempre caminas con miedo hasta la entrada de tu casa porque el perro puede saltar en cualquier momento y darte un mordisco. Y así fue la noche de tu cumpleaños, entre tanta alegría por las sorpresas recibidas te acercaste demasiado a la cerca de tu vecino y ¡zaz! El perro te mordió un dedo.
Bueno no te quitó un dedo, pero sí un pedazo de uña. Y pudo haber sido peor, quizás el brazo o el cuello. Listo, lamentablemente la relación con tu vecino hasta aquí llegó.
Es muy lindo tener vecinos, siempre está la señora que te saluda amablemente o que te convida con la torta que hizo para la merienda. Pero a veces se hace difícil cuando traspasan límites que afectan a tu salud. ¿Cómo son tus vecinos?
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