¡S.O.S, mi hijo no quiere ir al dentista! Ideas y recursos para que los pequeños pierdan sus miedos.
¿A quién le hace ilusión visitar la consulta del dentista? Yo creo que a muy pocas personas, la verdad. Pero, ¿por qué mayores y pequeños tememos tanto a los odontólogos?
Vamos a reconocerlo, no es agradable que nos trasteen en la boca con aparatos que para nada nos inspiran confianza y que a veces nos resultan molestos. ¿Alguna vez te han hecho una endodoncia en la que la anestesia falló? ¿Recuerdas la sensación que experimentaste cuando el doctor te tocó en el nervio? Seguro que viste las estrellitas, el Cometa Halley y una aurora boreal sin necesidad de ver un documental de National Geographic.
¿Y recuerdas cuando en la revisión empezaban a sacarles defectos como a tu auto en una inspección técnica de vehículos? “Mmmm, aquí veo una caries que requiere un empaste. Estos molares habría que sellarlos para protegerlos. Uy, este puente hay que renovarlo…”.
¿Y cuando después de hacerte el presupuesto te comunicaban en consulta el “módico” precio del tratamiento, lo recuerdas? ¡Ayyyy, qué dolorrr de bolsillo!
No es de extrañar, por tanto, que a pocos nos guste visitar a los dentistas. Pero seamos realistas y responsables, es importante que vayamos a su consulta porque gracias a ellos podemos tener la garantía de una boca saludable.
A los odontólogos no hay que acudir solamente cuando se tiene una caries u otra molestia, sino también para hacerse las revisiones anuales recomendadas.
Es importante que lleves tu hijo al dentista al cumplir su primer año para que el doctor descarte en su boca caries u otros problemas como una posible alteración en la posición de sus dientes. También te recomendará pautas de higiene bucodental. Después de esta primera revisión vendrán las próximas con una periodicidad anual.
Recuerda que tener una boca saludable implica llevar a cabo una adecuada higiene bucal, una buena alimentación y acudir a las revisiones periódicas pertinentes. Así lograremos prevenir la caries, el sarro, infecciones, u otros problemas bucodentales.
Con el fin de que tu hijo pierda el miedo al odontólogo y tome conciencia de la importancia de cuidar su boca, te comparto unos consejos y recursos que te pueden resultar muy útiles:
- Si tu pequeño es un bebé, después de alimentarlo límpiale las encías cuidadosamente con una gasita húmeda.
- Empieza a utilizar el cepillo sin pasta con la aparición de los primeros dientes (un cepillo ergonómico adaptado a la edad de tu hijo y de celdas suaves). La pasta de dientes se ha de emplear una vez que tu hijo haya cumplido los dos años y esta ha de contener poco flúor.
- Con dos añitos tu hijo ya puede cepillarse los dientes solito. Dale ejemplo, ponte a su lado con un cepillo en la mano y lavaos los dientes frente al espejo. Colócale a tu niño un taburete para que se suba y pueda verse en el espejo.
Utiliza el refuerzo positivo de puntos. Por cada día que tu hijo se lave los dientes, permítele que pegue en el calendario una estrellita u otra pegatina.
También puedes ponerle la canción “Así es como se lavan los dientes” de Little Baby Bum para motivarle:
- La limpieza debe realizarse como mínimo tres veces al día (después del desayuno, comida y cena) y ha de durar unos dos minutos aproximadamente. Esta higiene incluye las piezas dentales y la lengua.
- La alimentación es muy importante. Evitad las bebidas azucaradas, las chucherías y otros dulces que pueden dañar los dientes y consumid frutas, verduras, jugos naturales, pescado, etc.
- Es importante que tu hijo conozca su boca y cómo cuidarla. Con estos vídeos aprenderá sobre ello:
“Zamba. Excursión al cuerpo humano: los dientes”:
“Dientín” es un vídeo educativo integrado en el programa escolar para la promoción de la salud bucodental de la Junta de Andalucía:
- Prepara a tu hijo para la visita del dentista con el fin de que pierda su miedo. Explícale con un lenguaje claro adaptado a su edad que el dentista es un doctor que va a ver su boca para comprobar que está todo bien y que no le hará daño.
Nunca infundas miedo a tu hijo con el dentista contándole tus malas experiencias personales o amenazándole con llevarle a su consulta si lo ves comer chucherías o no quiere lavarse los dientes. Así solo lograrás atemorizarlo.
Enséñale el vídeo “Caillou va al dentista” para que pierda el miedo a las revisiones periódicas:
- El cuento de El Ratoncito Pérez es otro recurso útil con el que puedes explicar a tu hijo la caída de los dientes.
Como ves, existen muchas ideas con las que puedes ayudar a tu hijo a confiar en su dentista y se interese y preocupe por cuidar de su boca.
¿Tú qué consejos le das a tu niño? Cuéntanoslo.