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Papás y Mamás

Regálale a tus hijos detalles de amor

9 Abr 2015 – 11:30 AM EDT
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Cuenta la historia que en una reunión escolar la directora resaltaba lo importante que era que los padres le dediquen tiempo a sus hijos. En medio de la charla, un padre la interrumpió y le explicó que él no veía a su hijo en toda la semana porque cuando salía a trabajar era muy temprano y cuando regresaba, era muy tarde, por lo que siempre lo veía durmiendo. Sin embargo, este padre procuró dar detalles de amor que le demostraran a su hijo que pese a no poder estar mucho tiempo juntos, lo amaba. Así, cada noche al llegar a la casa le daba un beso y le hacía un nudo en punta de la sábana para que su hijo supiera que él había ido a verlo mientras dormía. “Cuando mi hijo despierta y ve el nudo, sabe que su papá ha estado allí y que lo ha besado”. Ese niño era uno de los mejores alumnos de la escuela.

El pequeño sabía que lo amaban y lo sabía, no por recibir regalos, sino por simples nudos que indicaban que su padre estaba con él cada noche mientras dormía. La historia es tan solo un ejemplo de la importancia de las pequeñas cosas a la hora de demostrarle a nuestros hijos cuánto los amamos.

En mi caso, es gracioso cómo al recordar mi infancia, poco recuerdo sobre los regalos de Navidad o sobre lo grande o pequeñas que eran mis fiestas de cumpleaños, pero lo que más recuerdo son, por ejemplo, los cuentos que mi padre me contaba antes de dormir o los deliciosos desayunos que mi mamá me preparaba antes de ir a la escuela. Trabajadores ambos, quizás no los veía todo el tiempo, pero la cotidianidad en casa estaba colmada de pequeños detalles de amor que llenaron mi alma más que cualquier juguete o cosa material. Hoy, ya madre de dos hijos y en la misma situación de mis padres en aquel entonces, quiero transmitirles a mis pequeños lo que ellos me enseñaron y es que muchas veces, la cantidad no importa sino la calidad. Quizás no pueda estar todo el día con ellos ni comprarles cada cosa que ven en la televisión, pero de lo que sí estoy segura es de que todo lo que les hago, lo hago con amor, un amor que ellos nunca dejan de percibir.

Subir al auto detenido y hacer viajes imaginarios mientras cantamos “The Wheels on the Bus”; tomar el té con tacitas plásticas y teteras musicales; sentar a mis hijos en la mesada para que me ayuden en lo que puedan mientras cocino (romper los huevos, batir, condimentar); armar “casas grandes” con sus bloques; hamacarlos “hasta el cielo”; llamarlos por teléfono cuando no estoy y hablar con ellos (aunque apenas sepan hablar); dormirnos abrazados…éstos son algunos de mis pequeños detalles de amor que hacen que nos digamos “te quiero” cada vez que se cruzan nuestras miradas. Lo cierto es que no es mucho lo que necesitamos para que nuestros hijos se sepan amados. A veces nos preocupamos por no tener el dinero para hacerles la mejor fiesta de cumpleaños y comprarles un juguete caro, cuando ellos—y en realidad todos nosotros—no necesitamos nada de eso para ser felices, sino que nos necesitamos el uno al otro, en una relación sincera y afectiva. Son las pequeñas cosas las que suelen significar mucho en la vida.

¿Cuáles son los detalles de amor que procuras darle a tus hijos? ¿Cuáles son los gestos cotidianos con los que les dices “te amo”?

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