Los padres ejemplares siempre tienen metas y siguen sus sueños
A veces pareciera que en la vida una anda con “cartelitos”: ” Kari la amiga de”, “la esposa de tal”, “la qué trabaja en tal lado”, y también, “la de mamá de”. Cuando obtuve este último rótulo, el de mamá, me aboqué mucho a él. Siempre quise ser mamá y por supuesto, siempre quise ser una buena madre, por lo que uso cada minuto para criar niños felices. Soy muy feliz entregándome por entero a mis hijos pero pienso que no debo descuidar mis otros roles y que siempre debo seguir buscando nuevos. Creo que los padres ejemplares son quiénes pueden enseñarle a sus hijos a crecer día a día, a no conformarse con lo que la vida les da sino que siempre deben existir metas que los motivan a trabajar para lograrlos. ¿A qué me refiero? Aunque amo mi título de mamá pero también disfruto el de amiga, esposa y trabajadora. Aunque ser mamá es un deseo logrado pero que aun así tengo una lista de cosas que me gustaría hacer. A que creo que los hijos son nuestros espejos por lo que sí pretendo que el día de mañana sean personas que se pongan metas y se esfuercen por concretarlas; sean seres capaces de escuchar y de seguir su voz interior (esa voz impulsora de sueños) yo debo hacer lo mismo y esforzarme con cumplir mi lista de “deseos”.
Correr una maratón, conocer un lugar especial en el mundo, estudiar algo nuevo, cambiar de empleo… Todos tenemos sueños y no es raro que los andemos postergando siempre. Pues no. Dicen que en la vida hay que leer un libro, plantar un árbol y tener un hijo… ¿qué pasa luego? La clave está en reinventarse, está en tener metas para crecer con nuestros hijos y por ellos.
Todos siempre tenemos sueños que nos gustaría cumplir. Lo importante es tener la capacidad de saber escuchar ese deseo y de transformarlo en meta. Soy Kari, la mamá de, la esposa de tal, la amiga de muchos, la que trabaja en tal lado y puedo ser muchas “Karis” más. Solo se trata de soñar y de encaminar mis esfuerzos en esa direccion. ¿No te parece?