¿Qué hacer si mi hijo abusa en el colegio?
A decir verdad, es muy difícil itir que tenemos un hijo abusador. Nadie a propósito educa a niños que vayan molestando a sus compañeros de aula. Sin embargo, la realidad prueba que en los colegios existen niños que disfrutan intimidando a los más débiles. Y esos menores tienen padres, que podríamos ser precisamente nosotros. La pregunta entonces sería: cómo darnos cuenta de que nuestro hijo está en esa situación y qué podemos hacer para enmendarlos.
Señales de que nuestro niño es abusón
Los niños que suelen ser dominantes y agresivos en la escuela por lo general se frustran muy pronto si las cosas no salen del modo que ellos desean, no son simpáticos para otros menores y tienen un historial de indisciplinas. Además hay una serie de rasgos comunes que tipifican su personalidad:
- Intentan siempre manipular a otras personas.
- Disfrutan sintiéndose poderosos y teniendo el control de la situación.
- Resultan ser malos ganadores (presumidos y arrogantes) y malos perdedores.
- Muestran satisfacción por el dolor y la pena ajena.
- Son buenos ocultando malas conductas y llevándolas a cabo si los adultos no están presentes.
- Les gusta crear conflictos entre otras personas.
- Culpan a los demás por sus problemas.
- Muestran una ira descontrolada.
- Desarrollan patrones de conducta impulsivos e intimidatorios, llegando a utilizar la violencia física en muchos casos.
- Tienen un historial de riñas y comportamientos agresivos.
- Muestran intolerancia y prejuicios con los otros.
- Puede ser que consuman alcohol o drogas, o sean de una pandilla.
- Tanto las hembras como los varones intimidan a otros niños, aunque ambos sexos lo hacen de maneras diferentes. Los muchachos suelen ser más violentos física y verbalmente (golpes, amenazas). Las muchachas son más sutiles, esparcen rumores o dejan intencionalmente a alguien fuera de los grupos o actividades.
- Tienden a tener amigos abusadores con similares historiales agresivos.
Consejos a los padres
Una vez has descubierto que tu hijo está intimidando a otros niños en la escuela, hay algunas cosas que puedes hacer:
Explícale a tu hijo los distintos tipos de intimidación y sus efectos en otras personas y aclárale que no vas a permitir abuso alguno.
Establece reglas y consecuencias que habrá si continúa con este tipo de conductas, e impleméntalas de ser necesario de manera consecuente.
Gratifica a tu hijo cuando tenga conductas apropiadas para desestimular las incorrectas.
Conversa con el menor sobre las razones por las cuales está portándose de tal modo. Aliéntalo a abrirse intentando no juzgarlo, solo escucharle. No le grites ni te encolerices. El abuso infantil muchas veces enmascara algún otro problema que necesitas descubrir y únicamente hablando con él vas a lograrlo.
Conoce los amigos de tu hijo y cómo pasan el tiempo libre. Si descubres que anda involucrado con algún grupo de muchachos problemáticos, que beben o consumen drogas, intenta animarlo a buscar mejores opciones de amistad, amigos que sean mejores influencias.
Verifica la conducta del niño en casa, online, con amigos y en la escuela tanto como sea posible. Si encuentras señales tempranas de abuso, el problema será mucho más fácil de manejar y solucionar.
Enséñale maneras saludables de lidiar con la frustración y el enojo (hacer ejercicios, tocar un instrumento, escribir un diario, conversar con un amigo o pariente, etc.).
Edúcalo en alternativas de comunicación más sanas que impliquen respeto al otro, pedir ayuda, tolerancia con las diferencias, entre otros.
Motiva al menor a participar en actividades socialmente útiles como grupos de voluntarios, centros musicales, grupos deportivos no violentos, etc.
Todos estos consejos son muy eficaces para manejar las conductas abusivas en nuestros hijos y deberían obtenerse resultados una vez se apliquen. Sin embargo, si los problemas persisten, se debe llevar al niño inmediatamente a la consulta terapéutica de la escuela o a centros para tratar problemas en los adolescentes. Con ayuda de especialistas, los niños logran variar sus comportamientos en la mayoría de los casos.