{ "@context": "http://schema.org", "@type": "BreadcrumbList", "itemListElement": [ { "@type": "ListItem", "position": 1, "item": { "@id": "/estilo-de-vida", "name": "Estilo De Vida" } }, { "@type": "ListItem", "position": 2, "item": { "@id": "/estilo-de-vida/bienestar", "name": "Bienestar" } } ] }
null: nullpx
Asma

Respiras alrededor de 15 veces por minuto, pero desconoces todo lo que este signo vital revela de ti

Publicado 5 Oct 2018 – 02:01 PM EDT | Actualizado 5 Oct 2018 – 02:01 PM EDT
Comparte

Cuando nos sentimos mal, dos preguntas nos vienen a la cabeza: ¿cómo estará mi presión sanguínea?, y ¿cuál será mi frecuencia cardíaca? Pero hay una tercera que es igual de importante, si no más: el adecuado ritmo de respiración.

¿Qué es la frecuencia respiratoria?

La frecuencia respiratoria se define como la cantidad de respiraciones que una persona toma en un minuto. Si te sientes mal y una enfermera te toma la presión, también está observando tu pecho bajar y subir para contar la cantidad de respiraciones, sin que te des cuenta.

La velocidad de la respiración es muy importante para predecir enfermedades o eventos médicos serios; según Verywell Health, estudios confirman que no se mide tanto como debería, por eso se le llama el «signo vital ignorado».

¿Cómo medir la frecuencia respiratoria?

La frecuencia respiratoria normal varía según el sexo y la edad de las personas; en recién nacidos es mucho más rápida que en niños, y en estos más que en adultos. Además, las mujeres tienen un ritmo respiratorio más alto que los hombres. De acuerdo al sitio de salud, los ritmos respiratorios normales, según la edad, son los siguientes:

  • Recién nacido (hasta los 12 meses): de 30 a 60 respiraciones por minuto.
  • Infante (del año hasta los 3 años): de 24 a 40 respiraciones por minuto.
  • Preescolar (de 3 a 6 años): de 22 a 34 respiraciones por minuto.
  • Escolar (de 6 a 13 años): de 18 a 30 respiraciones por minuto.
  • Adolescentes y adultos (de 13 años en adelante): de 12 a 18 respiraciones por minuto.

Para medirlo, la persona debe estar en reposo: es evidente que alguien que acaba de hacer ejercicio físico tendrá una frecuencia respiratoria mayor mientras se recompone.

Para darte cuenta de si hay un problema con la respiración, mira los músculos del cuello. ¿Se tensan cuando la persona respira? Además, puedes darte cuenta de otras señales: ¿está tu paciente o tu ser querido incómodo?, ¿su respiración emite sonidos?, ¿está en medio de un ataque de pánico o de ansiedad?

Lo que tu respiración dice sobre tu salud

Básicamente, el número de respiraciones por minuto es indicador de la actividad de tu cerebro: es decir, en qué medida está enviando la señal de que el cuerpo active el mecanismo de respiración.

Si los niveles de oxígeno en la sangre son bajos, el cerebro indicará al cuerpo que respire más frecuentemente para ventilar el organismo. Esto sucede, por ejemplo, en casos de una infección severa, que incrementa la cantidad de dióxido de carbono producido en el cuerpo (aún si el nivel de oxígeno es normal, la presencia del dióxido de carbono en la sangre pone en alerta al cerebro).

También puede ocurrir lo contrario: algunas drogas (sea de uso medicinal o ilegal) entorpecen la respuesta del cerebro, así que puede ocurrir que se respire menos de lo necesario. Esto también puede suceder cuando hay lesiones en la cabeza, un infarto o daños en el centro del cerebro que controla esta acción.

El significado de una frecuencia elevada

En niños, una frecuencia más alta, aunque muchas veces es causa de preocupación para los padres, puede ser normal. En adultos, no tanto. Una respiración elevada en adultos se define a partir de las 20 respiraciones por minuto. Si hay 24 o más respiraciones por minuto, el cuerpo está atravesando una condición seria. Algunas causas de respiración elevada están relacionadas a los pulmones, aunque no todas.

  • Fiebre. Durante un episodio de fiebre, el cuerpo intentará perder calor a través de una respiración más rápida. Se cree que la frecuencia respiratoria sube de 5 a 7 respiraciones por minuto por grado Celsius, en los niños. Es importante tener esto en cuenta porque un aumento más elevado que ese podría ser signo de que la infección está empeorando.
  • Asma. Mientras una persona sufre de un ataque de asma, es normal que el ritmo respiratorio aumente. Se debe mantener la atención sobre los cambios respiratorios, ya que un incremento aunque sea pequeño puede ser señal de que el ataque se está agravando.
  • Hiperventilación. Las personas pueden respirar más rápido cuando están en situaciones de mucho estrés, dolor físico, enojo o ataques de pánico o ansiedad.
  • Enfermedades pulmonares. Las embolias pulmonares (coágulos de sangre que se forman en las piernas, como resultado de una mala circulación, y viajan a los pulmones en el torrente sanguíneo) y el cáncer de pulmón son dos enfermedades frecuentes que causan un aumento de la frecuencia respiratoria. En recién nacidos, la taquipnea puede ocurrir cuando los pulmones no se han terminado de vaciar de líquido, pero esta condición se suele resolver cuando el bebé logra expulsar todo el líquido, de 24 a 48 horas después.
  • Enfermedades cardíacas. El aumento en el ritmo respiratorio es encontrado frecuentemente en pacientes con enfermedades del corazón.
  • Sobredosis. La sobredosis de algunas drogas, como la aspirina y las anfetaminas, puede provocar una elevación en la frecuencia respiratoria.

¿Y si se reduce?

Por otro lado, la respiración también puede disminuir, producto de condiciones de salud o medicamentos. Un ritmo respiratorio bajo está definido por debajo de las 12 respiraciones por minuto. Es importante poner especial atención sobre esto en los niños, ya que un ritmo reducido puede ser aún más alto que el ritmo normal de un adulto. Estas son algunos factores que pueden disminuir la frecuencia respiratoria.

  • Uso de narcóticos. Algunos medicamentos, como los narcóticos, pueden reducir la cantidad de respiraciones por minuto.
  • Alcohol. El ritmo respiratorio también puede verse disminuido por el consumo de bebidas alcohólicas.
  • Metabolismo. Para balancear los efectos de procesos metabólicos anormales en el cuerpo, este puede comenzar a respirar menos.
  • Apnea del sueño. Las personas que suelen tener episodios de apnea al dormir pueden experimentarlos junto a una disminución o elevación de la frecuencia respiratoria.
  • Daños en el cerebro. Infartos y lesiones en la cabeza pueden resultar en un ritmo respiratorio disminuido.

Ciertamente, los cambios en la frecuencia respiratoria son una razón válida para llamar al médico, por lo que si notas elevaciones o descensos en el ritmo respiratorio, lo recomendable es que consultes. También lee:

Comparte