¿Qué es la insulina?
Para muchas personas la insulina es algo que forma parte de sus vidas habitualmente. Hablamos de quienes sufren de diabetes, y que deben istrarse insulina a veces a diario. La insulina es una hormona producida en el páncreas, un órgano localizado detrás del estómago, y se libera en la sangre después de las comidas para posibilitar la asimilación de la glucosa proveniente de los alimentos.
La glucosa es la manera en que las células de nuestro cuerpo obtienen energía y representa el “alimento” de todas las células del cuerpo. El problema de la diabetes es que se ven afectados los valores normales de producción de insulina, que es indispensable para realizar los procesos digestivos y metabólicos. Entonces se producen deficiencias orgánicas debido a la falta de insulina, generalmente un aumento exagerado de los niveles de azúcar en al sangre.
La insulina para diabéticos es suministrada al organismo por medio de inyecciones. No puede ser tomada por vía oral, ya que si así fuera sería metabolizada al igual que cualquier alimento y sería eliminada del cuerpo. La única forma de istrarse insulina es mediante inyecciones.
La insulina es una proteína que se sintetizada por nuestro organismo, aunque su fabricación está sumamente desarrollada y existen varios tipos de insulina disponibles para que los médicos puedan recetar a sus pacientes diabéticos. La principal diferencia entre todos los tipos de insulina es su duración, es decir, el tiempo que tarda en hacer efecto luego de inyectada. Se pueden combinar dependiendo del estado del paciente en ese momento.
Si no tenemos la cantidad suficiente de insulina, aparece la diabetes. También puede darse que exista una resistencia a la acción de la insulina. En ambos casos los niveles de glucosa se elevan y aparecen otros problemas de salud. Al ser incapaz de usar la glucosa, el organismo recurre a las grasas, generando productos de desecho que pueden ser muy peligrosos si se concentran.