Las 9 desgracias Godínez por las que todos hemos pasado
Los Godinez somos guerreros. Sólo nosotros sabemos lo complicada que puede llegar a ser la vida cuando ciertas cosas salen de nuestro control y aun así encontramos la fortaleza para salir adelante todos los días.
Claro ejemplo de ello son estas 9 desgracias Godínez que hemos vivido más de una vez y a las que hemos sobrevivido con orgullo.
#1 Perder el tupper
Es una desgracia, no porque el tupper sea nuestro tesoro más preciado, sino por el regaño que nos espera en casa.
#2 Los choques automovilísticos
Cuando nos toca un accidente automovilístico es un hecho que no llegaremos a tiempo a la oficina (por más temprano que hayamos salido de nuestras casas).
#3 Perder las credenciales o llaves de la oficina
Tener que pagar por la reposición y desacompletar el dinero destinado para las cervezas es una forma de karma que sólo nos persigue a los Godínez.
#4 Que se descomponga la impresora
Y lo peor es que a la Srita. Gómez (la secretaria y responsable) no hace nada para que la arreglen rápido. Ahí nos tienen como animales, mendigando copias en otros pisos.
#5 Cuando se tira la sopa en la lonchera
Y entonces nos quedamos sin comer, nos manchamos la ropa y además tenemos que lavar la lonchera para que esté lista el día siguiente.
#6 Que no suene la alarma en las mañanas
Lo peor de quedarse dormido es que sabemos que tendremos que sacrificar el desayuno si queremos llegar a tiempo a la oficina y que no nos descuenten el día.
#7 No ganar el bono mensual
Cuando el jefe nos dice que “no alcanzamos la calificación para que nos den el bono mensual” nos damos cuenta de que ser Godín no vale nada.
#8 Que se caiga el Internet
El Internet sí es nuestro tesoro Godín, por eso cuando deja de funcionar parece que el mundo se cae en pedazos y en cámara lenta. ¡¿Por qué?!
#9 No tener dinero al final de la quincena
Ésta es una de las desgracias Godín más desafortunadas y comunes que vivimos. Terminar los últimos días de la quincena con $200 en la cartera debería ser un súper poder.
Todas estas desgracias Godínez son un suplicio, pero nadie ni nada puede contra nosotros. ¡Qué quede claro!