Jet lag: cómo reducir sus efectos a través de la alimentación
Viajar es una de las mejores formas (sino la mejor) de conocer otras culturas, costumbres y formas de vida. Existen tantos tipos de viajes como viajeros en el mundo y cada uno tiene su manera particular de vincularse con el entorno. Sin embargo, hay un efecto que suele ocurrirle a la mayoría de las personas que se enfrentan con viajes largos entre husos horarios distintos: el jet lag.
También conocido como « síndrome transoceánico», se trata de esa falta de sincronización entre el reloj interno del cuerpo y el reloj interno del destino. Si amas viajar, no te preocupes, estos 5 consejos harán que tu dieta se convierta en una aliada y puedas disfrutar de todas las aventuras que se te presenten a pleno.
1. Respeta los nuevos horarios
Mantener cierto orden y esquema respecto de las horas de cada comida será clave para que el organismo pueda acomodarse al nuevo horario. La diestista profesional y miembro de la Chicago Nutritionist Jennifer Vimbor sugiere empezar a ingerir los alimentos de acuerdo a la zona horaria del destino ya durante el trayecto.
En caso, por ejemplo, de que en el avión sirvan la cena en un horario que corresponde con la hora de dormir del país al que te diriges, lo mejor sería guardarla para cuando te despiertes. De este modo, ya estarás enviándole una señal a tus ritmos internos de que ese es el momento de dormir y te aseguras de ingerir un desayuno que coincide con la nueva zona horaria.
Por su parte, la doctora en Psicología y especialista en el buen dormir Natalie Dautovich también recomienda evitar la ingesta de alcohol durante el viaje en avión ya que esas bebidas pueden actuar como estimulantes que luego pueden obstaculizar un buen descanso y fomentar el cansancio.
2. Planifica
Durante los viajes largos o en aquellos cortos que se modifica la zona horaria, siempre conviene pensar las comidas con algo de anticipación. No está demás, por ejemplo, comer e hidratarse bien antes de subir al avión. También sería interesante conocer los horarios habituales en que las personas del país al que viajas suelen ingerir cada comida. Quizás la cena no se sirva en el mismo horario en Londres que en España, por ejemplo.
3. Incorpora suficientes probióticos
Los probióticos siempre ayudan a la hora de reducir las posibilidades de enfermarse ya que contribuyen para gozar de un sistema inmune fuerte y sano. Antes de optar por suplementos artificiales, te sugerimos que sumes a tu dieta alimentos repletos de bacterias beneficiosas como ser el Tempeh, el yogur griego y el kéfir.
4. Lleva snacks
Lo más probable es que las comidas en el avión no coincidan exactamente con la zona horaria del sitio al que viajas. En este caso puedes o bien guardar en una bolsa la comida que te sirven y comerla acorde al nuevo horario o llevarte tus propias comidas.
Claro está que cargar con tuppers dentro de la mochila no es una de las formas más cómodas de viajar, pero sí puedes, por ejemplo, llevar snacks como unas frutas, un pequeño sándwich de vegetales o un mix de cereales. Lo ideal es sumar suficientes proteínas, vitaminas y fibras para que el organismo no se desequilibre y se haga más propenso a los efectos indeseados del jet lag.
5. Evita la cafeína
El café es una bebida tan popular alrededor del mundo que suele ofrecerse en todos los vuelos. Sin embargo, un exceso de cafeína puede provocar problemas para conciliar el sueño. Además, las bebidas con cafeína tienden a deshidratar el organismo (justo lo contrario de lo que precisa el cuerpo para evitar el jet lag).
Entonces, cuando estés en tránsito y quizás los primeros días de tu estadía en el nuevo país, lo mejor será beber suficiente agua para luego, si lo deseas, empezar a consumir otro tipo de bebidas.
En general, los síntomas del jet lag incluyen problemas para conciliar el sueño, fatiga, indigestión, falta de concentración y mal humor. Por fortuna, la alimentación puede ayudar a evitarlos para que puedas disfrutar al máximo de todos los momentos. ¿Te animas a poner en práctica estos consejos en tu próximo viaje?