Frío: cuando es más que sólo una sensación
En todos los países el invierno es una época de frío y humedad, aunque en algunos lugares el clima puede ser mucho más extremo que en otros. Generalmente en la ciudad sufrimos las consecuencias más habituales del frío, como estar tiritando y sentir nuestras extremidades heladas, pero al ir de paseo a algún lugar nevado podemos llevarnos una desagradable sorpresa si no contamos con la preparación adecuada.
En VivirSalud te comentamos qué puedes sufrir estando en un ambiente muy frío y qué medidas puedes tomar para pasar un invierno mejor.
El frío puede producir algunas alteraciones en las personas que tienen una mayor susceptibilidad, o en aquellos que son expuestos a ambientes inhóspitos. Algunas lesiones que nos puede producir el frío, en sus distintos grados, son: sabañones, pie de trinchera, congelación superficial y congelación como tal. También podemos sufrir hipotermia cuando desciende nuestra temperatura corporal, entrando en graves riesgos para nuestro organismo.
Los síntomas asociados con el enfriamiento de una zona de nuestro cuerpo, principalmente de pies y manos, pueden incluir sensación de hormigueo, entumecimiento, cambios de color y textura de la piel.
Los sabañones son lesiones que se producen en la piel de las manos, dedos de los pies, nariz y orejas, en personas susceptibles (por una alteración en la circulación) al frío y zonas húmedas. Suelen durar varios días, y generalmente al cabo de unas semanas se recuperan totalmente. Puede que necesite aplicarse alguna crema para disminuir la irritación de la piel, pero curan solos y lo más frecuente es que le vuelvan a ocurrir a la persona si no se abriga más.
Si estamos en un ambiente muy frío y utilizamos zapatos apretados y no abrigamos correctamente nuestros pies podemos sufrir de pie de trinchera, como se denomina a las lesiones más graves que los sabañones, pero que ocurren en temperaturas que no llegan a ser de congelamiento.
Si el frío es mayor podemos sufrir una congelación superficial de los tejidos, principalmente de la cara, donde se vuelve pálida con zonas enrojecidas, agrietadas y dolorosas. El congelamiento que ocurre en condiciones extremas puede ser peligroso para la vida, que es lo que sufren quienes pasan días en las montañas o en territorios nevados.
Lo que debemos hacer en caso de sentir muy helada alguna parte del cuerpo es salir de la zona fría rápidamente, cambiarnos de ropa y recalentarnos rápidamente. Si llegamos a sufrir congelamiento, debemos ir al médico y no intentar descongelar bruscamente, porque el tejido se dañará aún más.