Cómo usar las plantas medicinales I
En múltiples oportunidades podemos conocer las propiedades de una planta medicinal, ya sea por tradición familiar o por habernos informado, pero desconocemos la forma de extraer y aplicar las sustancias activas y, por tanto, sus propiedades curativas.
Saber cómo usar o aplicar una planta es importante pues muchas son más efectivas utilizadas de una forma que de otra. Además, el modo en que se tomen o apliquen varía según las dolencias.
Aquí te presentamos las diferentes formas en que se pueden utilizar las plantas medicinales.
El procedimiento más conocido es la infusión. Para ello debes echar agua hirviendo sobre la parte de la planta a utilizar, y dejar reposar unos minutos. Si deseas, puedes edulcorar con miel, sirope de manzana o azúcar. La infusión de poleo es aconsejada en caso de afecciones respiratorias. En algunos casos, las propiedades medicinales se encuentran en la planta fresca, que puedes consumir en una ensalada o extrayendo su zumo. Las hojas tiernas de diente de león y ortiga, que poseen buen sabor y son depurativas, son una buena opción.
La maceración se prepara dejando reposar la planta durante varias horas en agua fría o fresca. Este proceso se usa para extraer los principios que son inestables frente al calor. La maceración de zarzaparrilla es un buen remedio depurativo, pues estimula la limpieza del organismo.
En tanto que el extracto --un proceso farmacológico-- se obtiene como resultado de la evaporación de una maceración en agua o en una soluci ón alcohólica. Se utiliza diluido, a razón de una cucharada de extracto por cada 200 ml de agua. El extracto de árnica es recomendado para las contusiones.
Para la decocción, debes hervir la planta a fuego lento, de 20 a 30 minutos, y luego dejar reposar. En general, se utilizan en cocción las partes más duras de la planta, como raíces, tallos y semillas. La cocción de corteza de abedul es usada como astringente y diurética, y la raíz de primavera se emplea contra la tos.
La tintura se obtiene dejando durante unos días la planta, fresca o seca, en maceración en un alcohol destilado. Las tinturas se utilizan para obtener una reacción más rápida a la acción de la planta. La tintura de tomillo es un buen remedio para las afecciones de la piel, y las fricciones con esta curan tiña, sarna, piojos, pie de atleta y otras infecciones.
También existen otras formas de usar las infusiones y cocciones. Puedes utilizar la infusión, la cocción o la tintura diluida de una planta para hacer gárgaras y enjuagues. Para las gárgaras, se usan plantas astringentes para afecciones de amígdalas y garganta. La malva o el tomillo actúan sobre las vías respiratorias y ejercen una acción desinfectante. Los enjuagues se utilizan para las afecciones de la boca, como el dolor de muela. La salvia, por ejemplo, alivia la inflamación de las encías y elimina el mal aliento.