Cómo lograr tu sueño de belleza
Seguro que has escuchado mencionar más de una vez sobre el famoso “sueño de belleza”…Pero ¿estás gozando de sus beneficios?
Ya sea que tu vida ocupada no te permita darte el lujo de una noche tranquila, y más bien te empuje a buscar métodos para permanecer despierto, o que no logres conciliar un descanso adecuado por más que te esfuerces, es momento de cambiar algunos hábitos para ganar esa sesión reparadora de sueño que es casi una obligación.
Si dormir es una hazaña épica en tu vida, o una misión imposible, sigue estos sencillos consejos:
Programa un horario
Sí, suena algo raro eso de hacerte con un horario para dormir. Sin embargo, es lo más recomendable. Debes establecerte una hora determinada para ir a la cama, y debes serle fiel cada día de la semana. Esto evitará esos constantes problemas de sueño como el insomnio y te permitirá descansar adecuadamente las horas que necesitas.
No comas antes de dormir
Comer antes de buscar tu sueño de belleza es lo peor que puedes hacer. Al encontrarse tu barriga llena, lejos de tener el corazón contento, sólo tendrás un organismo esclavizado a trabajar en la digestión y a ti con insomnio o problemas al dormir. Lo recomendable es comer mínimamente con 3 horas de anticipación.
Vigila tu dieta diaria
Sí buscas dormir, pero no puedes conseguirlo, sería bueno que observes tu alimentación. Puedes estar ingiriendo más cafeína de lo usual o muchos alimentos ricos en azúcares. Cambia estos malos hábitos alimenticios y sustitúyelos con la ingesta de leche, yogurt, helados, atún, soya y maní. Estos tienen propiedades que estimulan la producción de serotonina, lo cual te ayudará a estar relajado y conciliar el sueño.
Busca tu comodidad
Busca la posición que te ofrezca mayor comodidad para descansar profundamente. Cambia de almohada si es necesario: recuerda que debes buscar una que mantenga tu cabeza a la altura del colchón, no una que la aleje o permita que se hunda. Y si experimentas dolor en el cuerpo al dormir, puedes probar utilizando una almohada entre las rodillas.
Y ahora sí…¡A dormir se ha dicho!