Carta a mi yo interior: vivir se trata de encontrar la comodidad en lo incómodo
Estimado yo interior:
Sé que estamos pasando por momentos vertiginosos y que hay días en los que realmente no somos capaces de encontrar una salida. Pero también sé que pronto estaremos bien y podremos volver a reír incluso con más fuerza que antes.
Sé que hace algunos años disfrutábamos de la presencia de algunos amigos que ya no están y ni que hablar de esos amores que calaron profundo en nosotros pero desaparecieron. Eran hermosas épocas...
La desilusión se volvió parte de nuestro código genético y volver a confiar en alguien es prácticamente imposible. No estamos resentidos, simplemente queremos cuidar nuestro corazón, después de tantos golpes se está endureciendo.
No todo está perdido, lo juro
No hemos sido los más afortunados pero es momento de levantar la cabeza y hacerle frente a la vida. El papel de víctima no va con nosotros porque somos guerreros, pero incluso así necesitamos recordar ciertas cosas que nos impulsen a seguir adelante.
Adiós zona de confort
Nada en ese punto es cuestionable, de hecho estamos en un lugar en el que sentimos comodidad. Pero para dejar de hacernos daño debemos salir de ese lugar.
Es hora de tomar riesgos, comenzar de cero. Es momento de preguntarnos si la comodidad es lo que queremos sentir o si en realidad estamos buscando encontrarnos con nosotros mismos para poder comenzar un nuevo camino.
Quizás nuestra comodidad esté exactamente en el lugar que más incomodidad nos cause.
Es hora de cambiar el chip
Cambiemos la forma de ver la vida, en el momento que lo hagamos nos daremos cuenta de lo que somos capaces de hacer.
Deja de repetirme que no puedes, que no eres suficiente, cuando dejes de autoprogramarte verás que todo sale como siempre quisiste.
El cerebro capta la información y la cataloga según su zona de confort, aléjate de eso, intenta y cuando falles vuelve a comenzar, pronto todo estará bien.
La comodidad no es lo que todos piensan
Muchas veces (por no decir todas) la comodidad es aburrida, monótona, no nos permite crecer y nos saca ese brillo que nos hace especiales. Por eso, debemos trabajar en esos lugares en los que no nos sentimos cómodos para fortalecernos y superarnos a diario.
Nos propondremos metas deportivas, aprenderemos una nueva habilidad o idioma, saldremos de lo que estamos acostumbrados y enfrentaremos a la incomodidad con una nueva y desafiante actitud.
Así que ya sabes, yo interior, es hora de cambiar la pisada, es momento de ser felices y olvidar lo que por tantas noches nos hizo llorar…