Ambos padecen la misma enfermedad y juntos vencieron la depresión ¡conoce su historia!
Ser diferentes en el siglo XXI no parece ser muy bien recibido, de hecho ser diferentes y además ser niños parece ser un gran desafío.
Carter Blanchard tiene 8 años y sabe en carne propia lo que significa ser diferente. Él padece de vitiligo, una enfermedad que destruye los pigmentos de la piel, lo que causa grandes manchas en todo el cuerpo.
El calvario de Carter comenzó en el jardín de infantes, cuando fue diagnosticado y le aparecieron manchas blancas alrededor de los ojos. El día que notó las manchas en su rostro, acudió a su madre para decirle cuanto se odiaba a él mismo por su apariencia.
La depresión se apoderó de Carter, que no quería salir de su casa, mucho menos ir a la escuela o tener amigos. Cuando la situación se tornaba verdaderamente insostenible, su madre encontró algo que le cambió la vida por completo.
Un gran descubrimiento
Un día, la madre de Carter miraba Facebook cuando encontró a Rowdy, un labrador negro diagnosticado con vitiligo y supo inmediatamente lo que debía hacer.
Carter necesitaba un un empujón que lo ayudara a salir de la tristeza y Rowdy necesitaba un buen amigo con quien jugar. Fue entonces cuando la madre de Carter ó al dueño de Rowdy para que su hijo y él pudieran hablar acerca de cómo el vitiligo había vuelto famoso a Rowdy.
El encuentro que cambió su vida
Luego de entablar una relación a distancia, Carter y su madre se fueron a Portland a conocer a Rowdy:
Carter y Rowdy se fundieron en un abrazo y jugaron por varias horas, no se han separado desde entonces.
Este fabuloso encuentro le devolvió la sonrisa a Carter, que estaba hundido en un profunda depresión. Afortunadamente esos momentos quedaron atrás y hoy ambos pueden disfrutar del tiempo que comparten juntos sin que su enfermedad los condicione.
Una vez más, la relación humano-perro demuestra que el amor que sienten los animales por nosotros puede ayudarnos a superarlo todo.