Las mujeres gordas existen y hacerlas visibles no es una amenaza para la salud
La primera vez que Sol Mota (o Mott Solé, si lo prefieres) escuchó sobre el término "gordofobia" fue durante una charla entre amigas. El grupo estaba reconfortando a una de ellas porque su esposo le había dicho que ya no la quería "por gorda". Una de las mujeres abordó directamente a la afectada y le dijo que eso era vil y mera gordofobia.
Sí, era la primera vez que Mott escuchaba la palabra, pero no era la primera vez que la vivía en carne propia. Mott es activista, actriz, escritora, y se define a sí misma como "orgullosamente gorda".
Al momento de ver a su amiga afectada y recordar las vivencias propias de discriminación que sufrió debido a su peso, Mott montó el proyecto STOP Gordofobia. Aquí se recopilan experiencias positivas y negativas de mujeres gordas alrededor del mundo. Ella misma contó a VIX su motivación:
Solé lidia diariamente con miles de trolls, "educadores" improvisados y unos cuantos detractores que insisten en vivir en la época exclusiva de los cuerpos delgados.
Lo anterior tomó relevancia cuando la modelo plus size Tess Holiday —quien es toda una inspiración para Mott— posó para la revista Cosmopolitan.
Por un lado, las redes sociales celebraban la inclusión de una figura distinta en la conocida publicación de moda y belleza. Sin embargo, hubo algunos s que acusaban a la revista de "normalizar" la obesidad y hacerla parecer como algo "saludable".
Ante esto, Mott se siente harta de explicar a sus conocidos una y otra vez lo mismo, pero se ve en la necesidad de recalcarlo ante la insistencia de los "expertos" en el tema:
Mott resalta que la incursión de mujeres como ella o como Tess en medios de comunicación tradicionales no sólo incentiva a quienes son gordas:
La activista explica con un ejemplo tangible el grave problema de gordofobia visto como algo cotidiano:
Mott habla prioritariamente de mujeres gordas porque aunque es un hecho que los hombres con sobrepeso también sufren discriminación, siempre será más factible ante la sociedad aceptar la imagen del "gordito simpático". Del otro lado, se refuerza el concepto de "la gorda enferma y floja".
Solé está dispuesta a romper con los estereotipos: es gorda porque ella decidió serlo y porque así se siente cómoda. Hace ejercicio, trabaja en varios lugares, va al médico con regularidad, se involucra en proyectos altruistas y completó de forma definitiva el proceso que millones de mujeres en el mundo tardan años en alcanzar: se aceptó a sí misma.
Esta multifacética activista está por publicar el libro Diálogos de Gorda, un texto que recopila testimonios anónimos de mujeres que han sufrido discriminación por ser gordas, pero que a la vez, han tomado fuerza de sus experiencias.
¿Cómo distinguir cuando el insulto se disfraza de preocupación?
Las personas parecen tener un problema claro con la mujer obesa, pero pocas veces recriminan a la mujer que fuma, que es muy delgada o que duerme poco. Ahí está presente la gordofobia.
Las activistas como Mott no buscan imponerle el peso o la complexión a nadie, simplemente son ejemplos vivos de que la belleza y la aceptación cabe en todos los cuerpos.
Conforme la perspectiva social avanza, sería bueno entender que el cuerpo de Mott y de cualquier otra persona no es asunto de dominio público.
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