'Tips' para pasar del pecho a la fórmula

La transición. Para reducir la posibilidad de mastitis, y el impacto emocional en ti y en el bebé, introduce la fórmula lentamente, a lo largo de varias semanas: comienza reemplazando el pecho por el biberón en una comida y, cada 3 ó 4 días, sustituye otra, sugiere Campbell. El último breastfeeding a quitar debería ser el de la mañana, pues suele ser el de mayor flujo de leche.

Al ofrecerle el biberón a tu bebé, deja que se acerque a la tetina, más que introducírsela en la boca, explica la consultora en lactancia, Gay Bearzi, del Hospital Sinaí en Baltimore. Es fundamental, también, emular el amamantado, haciendo pausas frecuentes y prolongando la comida por unos 20 minutos, para permitir que el cuerpo reconozca las señales de saciedad.

Es posible que tu bebé rechace la fórmula al comienzo, especialmente si eres tú quien se la ofrece. Puede que reconozca tu aroma y ansíe el pecho. Además de ser paciente e intentarlo varias veces, podría ayudar que fuera otra persona (¿el papá, tal vez?) quien le diera los primeros biberones.  

Tetinas. No todas son iguales y podrías tener que probar varias hasta encontrar la que mejor se adecue a tu niño. Diane Bahr, especialista en desarrollo infantil y creadora del sitio Ages and Stages, recomienda las redondas, ya que estimulan el tongue cupping, forma de la boca que será necesaria para tragar a lo largo de la vida. Las de tipo "ortopédico" también suelen ser efectivas, aunque no brindan el mencionado beneficio para la lengua.

Higiene, un must. El equipo que uses para alimentar al bebé (biberones y tetinas, especialmente) debe ser lavado y esterilizado antes de cada comida, para reducir el riesgo de enfermedades. Lo ideal es que prepares la botella y se la ofrezcas inmediatamente, para evitar el crecimiento de bacterias. Si necesitas dejar listas las comidas, rellena biberones individuales y colócalos de inmediato en el refrigerador (a menos de 5°C/41°F). Descarta cualquier preparación que no se haya usado dentro de las 24 horas, recomienda la Organización Mundial de la Salud (WHO, por sus siglas en inglés).

Is it working? La fórmula es adecuada para el bebé si este gana peso y crece bien. Pero, si notas que tiene reflujo, dolores de vientre, gases excesivos, erupciones, congestiones crónicas o alergias, habla con el pediatra acerca de la posibilidad de cambiar de alimento, recomienda Bahr.  

A veces, los problemas comienzan recién tras algunas semanas. En estos niños, puede funcionar ir cambiando de producto, ya que muchos de estos inconvenientes resultan de ofrecerle siempre una misma fórmula (lo cual no sucede con el pecho), agrega la especialista.

Más tips. Otras importantes claves de Campbell:

·         Si eliges fórmulas líquidas o en polvo, sigue cuidadosamente las instrucciones de preparación. No hacerlo podría resultar en que tu bebé ingiera menos calorías y nutrientes de los que necesita.

·         Al introducir la fórmula, podría reducirse la frecuencia de deposiciones del bebé, y estas podrían volverse más firmes. También podrías notar cambios en su olor.

Ante cualquier duda, consulta al pediatra.