Recordamos cuando la CIA produjo cómics para realizar golpes de estado
De tanto en tanto vamos al depósito secreto de material sobre cómics y le quitamos el polvo a archivos confidenciales para publicarlos, como la vez que les contamos cuando el gobierno financió propaganda en las viñetas durante la Segunda Guerra Mundial.
Hoy vamos a meternos con la CIA, la agencia de inteligencia de Estados Unidos (y esperemos no sufrir las consecuencias).
La CIA emplea todo tipo de metodologías para cumplir con sus objetivos. Desde tradicionales maniobras de espionaje utilizando recursos tecnológicos hasta avanzadas operaciones de manipulación de la opinión pública desde comerciales en televisión y discursos públicos hasta movimientos culturales. Cualquiera puede imaginarse agentes infiltrados o grandes antenas de avanzada tecnología pero, ¿alguien puede imaginarse a la CIA produciendo cómics para ayudar a orquestar golpes de estado? Suena absolutamente insólito y tristemente es realidad.
El primer caso (hablamos de operado por la CIA exclusivamente) ocurrió en Granada. En octubre de 1983 las fuerzas militares norteamericanas invadieron la isla para quitársela al poderío cubano-soviético en los últimos años de la Guerra Fría. La invasión, llamada Urgent Fury, contaba con un amplio rechazo tanto en Estados Unidos como a nivel internacional, a tal punto que países como Canadá y el Reino Unido expresaron que no la apoyarían.
El caso de Granada fue objeto de debate en el Congreso y la prensa. Hasta se llegó a descubrir que el Departamento de Estado mintió en cuanto al hallazgo de una fosa común con 100 cuerpos de isleños.
La propaganda representó un papel fundamental para el gobierno de Estados Unidos. La CIA, conociendo experiencias anteriores, decidió producir un cómic en donde hablaba de las bondades de los norteamericanos y de lo maliciosos que eran los soviéticos. El objetivo era detener las críticas a su intervención y evitar posibles manifestaciones de los propios isleños. En la primera página del cómic se puede leer un mensaje indicando que quienes lo publican son del grupo VOICE ( Victims Of International Communists Emissaries) y pide que “ ¡por favor, piensen y manténganse libres!”.
El cómic, oficialmente llamado Grenada: Rescued from Rape and Slavery, fue lanzado desde aviones por toda la isla. El cómic puede ser descargado en este enlace.
El caso de Granada no fue el único. Un año después, en enero de 1985, la CIA realizó una especie de cómic-manual para entregárselo a los insurgentes Contras que fueron preparados y financiados por Estados Unidos para derrocar al gobierno de Nicaragua.
Entre las viñetas del llamado The Freedom Fighter's Manual se cuentan prácticas de inteligencia, terrorismo y aprovechamiento de recursos. En forma introductoria aclaraba que se trataba de una “ guía práctica para liberar a Nicaragua de la opresión y la miseria al paralizar el complejo militar-industrial del estado marxista traidor sin tener que utilizar herramientas especiales y con un mínimo riesgo para el combatiente”.
El conflicto explotó en 1988 con el escándalo Irán-Contra en donde se descubrió la venta ilegal de armas hacia Irán siendo, por aquel entonces, enemigo de Irak, país aliado de Estados Unidos (el mundo tiene sus vaivenes).
Estos no fueron los únicos casos de manipulación de la opinión pública utilizando cómics. Otros organismos norteamericanos como la OWI ( US Office of War Information) distribuyeron cómics del estilo de The Nightmares Of Lieutenant Ichi y Juan Posong Gives Ichi The Midnight Jitters entre los filipinos para levantarles la moral ante los ataques japoneses. Pero esa es otra historia.
Estos dos casos de la CIA fueron reconocidos oficialmente. Resulta difícil identificar al día de hoy si funcionarios del organismo trabajaron —o trabajan— de manera ilegal en otros cómics con guionistas o editores afines, pero lo cierto es que es un práctica mucho más frecuente de lo que se cree.
¿Crees que estas prácticas deberían estar prohibidas?