Crítica de Conan el Bárbaro: héroes y tumbas

La nueva adaptación fílmica de Conan el Bárbaro es una película interesante y entretenida, aunque imperfecta como todos los films de acción.

Protagonizada por Jason Momoa, Rachel Nichols, Rose McGowan y Stephen Lang entre otros, la historia gira alrededor de Conan (Momoa) un bárbaro cimmeriano que ve a su familia masacrada frente a sus ojos por Khalar Syn ( Lang), quien busca reconstruir la máscara de Acheron que lo dotará de los poderes de un dios y le permitirá revivir a su esposa fallecida.

Varios años después de la masacre Conan se ha convertido en un poderoso guerrero que busca matar a Syn por cualquier medio a su alcance pero se ve interrumpido en su búsqueda por Tamara (Nichols), la última descendiente de los antiguos reyes de Acheron.

El resultado es un film extremadamente entretenido que tiene algunas fallas pero que las compensa con acción, aventura, buenos efectos especiales y algunos diálogos tan ridículos e imposibles que no pueden ser aceptados excepto como algo genial e impredecible.

Momoa destaca en el rol de Conan, dando una de sus mejores interpretaciones hasta la fecha (no va a ganar el Oscar pero sabe decapitar enemigos) mientras que Lang le sirve bien de enemigo. El territorio femenino tampoco es descuidado, con Nichols aportando una actuación pasable aunque algo floja por momentos y Rose McGowan robándose la película cada vez que aparece en escena en su papel de la demente e impredecible hechicera Marique.

Puntaje: 7/10- Un film entretenido que no deja mucho espacio para pensar y que muestra lo mejor de la leyenda de Conan, sangre, espadas, magia negra y un héroe indetenible y brutal.