¿Cuándo comenzó a usarse el sello de Parental Advisory?
¿Qué haces cuando tu pequeña hija te pregunta qué es la masturbación? ¿Cómo reaccionas cuando descubres que conoció ese término por una canción? Fundas un grupo para moderar las letras de las canciones modernas y haces historia en el mundo de la música.
La canción en cuestión era Darling Nikki, del recién fallecido Prince.
“Conocí a una chica llamada Nikki, creo que podrían decir que era un demonio sexual. La conocí en el lobby de un hotel cuando se masturbaba con una revista”, fue la letra que horrorizó a Mary “Tipper” Gore. ¿Te suena el apellido? Pues sí, es la esposa de Al Gore, ex vicepresidente de Estados Unidos.
Fue ella quien llevó a Frank Zappa, John Denver y Dee Snider a declarar ante el Senado de los Estados Unidos para defender la libertad de expresión. Ella luchaba por los derechos de los niños a tener una vida libre de sexo y violencia.
Las quince inmundas
El año era 1984. El hip hop apenas surgía y se empoderaba y las letras del rock no dejaban lugar a la imaginación. Fue entonces cuando la Asociación de Padres y Profesores mandó una carta a la Recording Industry Association of America (RIAA) pidiendo que se expusiera que ciertos álbumes tenían contenido explícito.
A este esfuerzo se unió el Parents Music Resource Center (PMRC), cofundado por Mary Gore. En ese entonces, su esposo era senador de los Estados Unidos, así que la iniciativa obtuvo mucho interés y buena recepción. Además, el resto de las integrantes también eran esposas de otros senadores.
El grupo elaboró una lista denominadas las Filthy Fifteen (las quince inmundas), integrada por canciones con contenido subido de tono, para exponer su caso.
Darling Nikki era la primera en la lista por su contenido sexual. El resto fueron:
Bastard de Mötley Crüe, por su contenido violento.
Eat Me Alive, de Judas Priest, pues evocaba al sexo.
Animal (Fuck Like a Beast) de W.A.S.P. por su lenguaje y contenido sexual.
Trashed de Black Sabbath por sus referencias a las drogas.
Dress You Up, de Madonna, por hablar de sexo. (Es Madonna, ¿qué esperaban?).
High ‘n’ Dry (Satudary Night), de Def Leppard, por hablar de drogas.
Into the Coven, de Mercyful Fate, por su alegoría al ocultismo.
She Bop, de Cyndi Lauper, por hablar de sexo.
Sugar Walls, de Sheena Easton, por su contenido sexual.
Let Me Put My Love into You, de AC/DC, también por hablar de sexo.
Strap on Robbie Baby, de Vanity, por su contenido sexual.
Possessed de Venom, por hablar de ocultismo.
In My House de Mary Jane Girls, por hablar de sexo.
Y We’re Not Gonna Take It, de Twisted Sister, por su contenido violento.
Ésta última era muy “especial” porque fue escrita por Dee Snider directamente para Mary Gore y su iniciativa.
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Rockeros al senado
La PMRC presionó de tal manera que algunas tiendas de discos dejaron de vender los álbumes de rock criticados. Esto causó tensión entre los músicos, pues consideraban que se violaban sus derechos.
Pero llegó el momento de mediar y en septiembre de 1985, varios músicos fueron invitados al Senado para discutir el contenido de sus canciones junto al PMRC y los senadores Paula Hawkins y Al Gore.
Representando a los músicos, acudieron John Denver, Frank Zappa y Dee Snider, quien dejó el protocolo de lado y se presentó con su melena y su look rockero, para disgusto de los presentes. La sorpresa fue la articulada participación del músico, quien preparó un buen discurso sobre la libertad de expresión.
La solución
Mientras eso ocurría en el senado, la RIAA empezó a utilizar una etiqueta de “peligro” en algunos álbumes con contenido explícito, pero la PMRC no estaba contenta con esa solución y exigía que se usara algo similar al Motion Picture Association of America, que clasifica las películas por edades.
Tras dos meses de discusiones en el senado, la PMRC torció el brazo y acordó que se empleara la etiqueta: Explicit Lyrics: Parental Advisory (Letras explícitas: Aviso parental). El aviso se empezó a imprimir en blanco y negro y para 1992 ya había 225 álbumes que la contenían. Luego se cambió a Parental Advisory: Explicit Content.
En 2002, las etiquetas cambiaron para especificar lo “controversial”; se especifica si el lenguaje es fuerte y el contenido violento o sexual. En 2011, la British Phonographic Industry (BPI) incorporó el aviso.
Desde entonces, es elección y derecho de los padres, proteger a sus hijos sobre la música que escuchan. Queda a su discreción adquirir o no un álbum que pueda resulta pernicioso para ellos.
¿Quién diría que Prince podría haber causado todo este meollo?