¿Adicto a las malas palabras? Esta charla TED te podría interesar
Se supone que para comportarnos como seres pensantes y civilizados, debemos dialogar de manera respetuosa evitando a todo momento el uso de malas palabras.
Tal es así, que de niños decir estos improperios es un tabú. Solo es, hasta algunos años más tarde, que entendemos lo liberador de proferir alguno de estos insultos. Esto fascinó desde niño a Pablo Marchetti, director de la revista satírica argentina Barcelona, quien se dedica a estudiar y entender el arte de la mala palabra.
Asistimos a la charla que dio en el evento TEDx Río de La Plata y alguna de sus frases llamaron nuestra atención.
Para el autor de «Puto el que lee: diccionario argentino de insultos», las malas palabras conforman la cloaca de idioma. El problema es que, al igual que en la vida real, estas cloacas son imprescindibles: «el insulto es una expresión fundamental de la lengua, por eso es necesario sumergirse en esa cloaca si se quiere comprender el principio del idioma y la profundidad del alma humana».
Tal es así, que Marchetti no piensa que el uso de malas palabras denota un pobre manejo del vocabulario, sino más bien todo lo contrario: «con el insulto aparece el ingenio, la picardía, la creatividad. Un insulto es un ejercicio sofisticado del pensamiento, puesto al servicio de algo «choto».
¿Qué hacer con los insultos que discriminan?
Lamentablemente, los insultos muchas veces se usan como plataforma para atacar o expresar ideas inaceptables. La solución al problema, según Marchetti, la expresó años atrás el escritor argentino Roberto Fontanarrosa, quien durante un Congreso de la Lengua Española propuso un «indulto a las malas palabras».
Sin embargo, otros ejemplos demuestran que cambiar la percepción de algunas malas palabras será más difícil de lo que pensábamos. Para Marchetti, «el insulto se volvió tan masivo que se puede volver inocuo: las redes sociales eliminaron el temor y el cálculo que tenía el insulto presencia», sostiene Marchetti.
La solución, en todo caso, está en comenzar a eliminar los tabúes alrededor de estas malas palabras: «Dicen que lo que mejor define a una sociedad es como se trata a los parias. Tomando esaa idea, podemos pensar que para entender cómo hablamos, tenemos que ver cómo insultamos. Somos lo que insultamos, hagámonos cargo».
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