6 interesantísimas cosas que debes saber sobre Faber-Castell, la fábrica de útiles escolares más antigua del mundo
Todos aprendimos a escribir con un lápiz y hace casi 200 años el Faber se convirtió en el primero de la historia con nombre de marca. Estas son 6 cosas curiosas que debes saber sobre la legendaria fábrica de útiles escolares.
6. Italia ayuda a Alemania
Más de dos siglos después, el lápiz conserva su diseño básico: una barrita de grafito encapsulada en madera. En sus comienzos como material de escritura, el grafito fue utilizado para identificar ovejas y otros animales. Fueron los italianos Simonio y Lyndiana Bernacotti quienes tuvieron la ocurrencia genial de cortar en dos mitades un cilindro de madera achatado, hacerles sendos canales longitudinales, insertar una mina de grafito y pegar las dos piezas. El trepidante desarrollo tecnológico de los últimos 3 siglos no ha podido cambiar mucho el método de fabricación del lápiz. Italia aportó el diseño y en el siglo XIX, Alemania puso la primera marca registrada, la Faber.
5. Comienzos en la carpintería
La fábrica Faber fue fundada en 1761 como una carpintería y es actualmente una de las empresas más antiguas y de mayor reputación en Alemania. Siendo un útil con mucha madera, no es extraño que los primeros lápices se hicieran en una carpintería. Precisamente, el lápiz más viejo que se conserva es uno de carpintero celosamente guardado en la colección de la familia Faber-Castell.
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4. El trabajo de ocho generaciones
El fundador de la empresa fue Kaspar Faber, quien fabricaba sus lápices en el pueblo de Stein y los vendía en el mercado de la ciudad de Nuremberg. Pero fue Lothar Faber, un miembro de la cuarta generación de la familia, quien implantó las grandes innovaciones durante el siglo XIX. Marcó los lápices con el nombre Faber, introdujo el lápiz hexagonal y definió los estándares de dureza que aún se utilizan. Fue también Lothar quien creó la primera red internacional de ventas de la empresa, amplió la gama de productos incorporando pizarras y reglas y aseguró el suministro de grafito de alta calidad mediante la compra de una mina en Siberia.
3. La incorporación del nombre Castell a la marca
El nombre completo de la marca llegó con la sexta generación, a través del matrimonio de la única heredera, Ottilie van Faber, quien se casó en 1898 con el conde Alexander zu Castell-Rüdenhausen. El hombre de la nobleza alemana no se dedicó solo a pasear a caballo y a disfrutar de la enorme fortuna de su mujer. Amplió el negocio e introdujo el famoso lápiz verde que es emblemático en la marca.
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2. Los aportes de la última generación
Los de la última generación familiar, la octava, asumieron la istración en 1978, encabezados por el conde Antón Wolfgang von Faber-Castell, comenzando una era de expansión. Aunque la idea de colocar una goma de borrar en un extremo del lápiz es un invento estadounidense del siglo XIX, la fábrica más grande del mundo está en Malasia y es propiedad de Faber-Castell. La empresa tiene también fábricas en India y China.
1. Útiles ecológicos
La gama de productos de la marca abarca actualmente plumones, lápices de color, creyones, marcadores, acuarelas, témperas y otros. Faber-Castell presume que sus procesos de fabricación y productos son amigables con el medio ambiente. Mantienen su propia plantación en Brasil para la obtención de la madera que requieren, una extensión de varias decenas de kilómetros cuadrados en la que el pino caribe crece rápidamente en lo que antes era un terreno deforestado y en proceso de desertización. Igualmente, reciclan el aserrín y las virutas para la producción del abono orgánico que sustenta la arboleda.
¿Conocías estas curiosidades sobre la fábrica de útiles escolares de mayor tradición en el mundo?