Nostalgia ochentera: ¿la fiebre retro es la nueva tendencia en el MCU?
Desde su creación, el MCU ha ido evolucionando con cada nueva película, cortometraje, serie, web serie, e incluso cómics que se ambientan en los espacios entre cada una de las producciones fílmicas o televisivas (los llamados cómics tie-in). La mera noción de este universo cinematográfico era que, más allá de unificar las diferentes películas bajo una misma realidad, también se buscaba unificar –medianamente– las estructuras argumentales, el ritmo e incluso la estética de todo el universo. Esto no necesariamente significa «hacer la misma película una y otra vez», sino que se apunta a que haya una mínima coherencia entre un film y otro; sobre todo si consideramos que se tocan temas tan diferentes como la ciencia superavanzada tras la creación de Iron Man, la mitología cósmica detrás de los Asgardianos, o la magia interdimensional ligada al Doctor Strange.
El resultado se alcanzó a medias, ya que a pesar de haber compartido un film juntos – The Avengers (2012)– los personajes seguían teniendo una estética propia y particular en sus películas (y secuelas) en solitario. La «verdadera unificación» de estilo empezó a lograrse en la mitad de la llamada Fase 2; considerada la más «floja» hasta ahora por incluir a Iron Man 3 (2013), Thor: The Dark World (2013) y Avengers: Age of Ultron (2015) que, cuestiones de gusto a parte, suelen ser las peor rankeadas.
El éxito de Guardianes de la Galaxia
Sin lugar a dudas, la película más exitosa de la Fase 2 fue Guardians of the Galaxy (2014). La razón principal fue ese estilo intrínsecamente ochentero que la caracteriza al ser su protagonista, Peter Quill ( Chris Pratt), una persona cuya infancia trascurrió en esa década.
Quill, siempre que tiene oportunidad, hace múltiples referencias al cine y cultura popular de los 80, incluso a pesar de escuchar solo canciones de fines de los 60 y 70, la «practica» de llevar un walkman con casetes grabados es bien de ochentero; algo con lo que la mayoría de los espectadores que estamos a mediados de los 30 (o pasándolos) podemos sentirnos identificados.
La mismísima construcción del argumento de Guardians posee elementos que recuerdan a películas como la trilogía original de Star Wars (1977, 1980 y 1983) y las primeras dos entregas de Indiana Jones (1981 y 1984). Además, si vemos la paleta de los colores empleados, veremos que posee una estética notoriamente más brillante, viva y visualmente agradable –tanto en el caso de los héroes como los villanos–.
¿Los 80 toman el MCU?
Después de ese éxito, Disney no perdió el tiempo y empezó a agregar componentes ochenteros a todas sus subsecuentes películas, en algunos casos de manera muy sutil; como ocurrió con Doctor Strange (2016), donde la mayoría del aporte retro está presente en los efectos y la música empleada en su tráiler.
Esto nos lleva al caso de Thor: Ragnarok (2017), la película que ya desde su mera campaña publicitaria expone una estética inconfundible que trasmite ese aire retro ochentero, colores sumamente vivos, mucho contraste y la distintiva tipografía usada para la palabra Ragnarok
Incluso su ultimo tráiler, el cual presenta acción sin tregua sazonada con un tipo de humor que recuerda a las películas de buddy cop –como Lethal Weapon (1987)– que las previas entregas de Thor no tenían, además de una estética que parece haber sido diseñada por el artista e ilustrador Shusei Nagaoka (creador de portadas para discos de Deep Purple, ELO, entre otras bandas).
Teniendo en cuenta ese tipo de estética, la opción de usar un tema de la banda Magic Sword fue sencillamente brillante. Esos arreglos con sintetizadores le da un toque electrónico bien retro que logra lo que se propone: que el público no vea la hora de que sea noviembre para escapar a los cines para ver Thor: Ragnarok.
Solo resta esperar hasta la fecha de estreno, también hay que ver si esta tendencia ochentera alcanza su punto culminante con este film, o nos seguirá (en mayor o menor medida) en las películas que al MCU le faltan aún por realizar. Solo el tiempo lo dirá.
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