El final explicado de 'La mujer en la casa de enfrente’, la popular serie de Netflix

‘La mujer de la casa de enfrente…’ es una nueva serie de Netflix protagonizada por Kristen Bell que fusiona el thriller psicológico con la comedia negra.

El programa cuenta la historia de Anna, una mujer divorciada que vivió la muerte de su hija, lo cual la llevó a desarrollar problemas con el alcohol y las píldoras, por lo que es una mujer olvidadiza y con alucinaciones.

Poco después de que llegue un nuevo vecino con su hija de 9 años a la casa de enfrente, Anna es testigo de un asesinato en el que termina involucrada como sospechosa, pues nadie confía de sus declaraciones debido a sus problemas mentales.

La revelación del asesino

Después de que se cruzann las historias de todos los personajes de la serie, Anna descubre que Buell, el trabajador que lleva arreglando su buzón durante dos años, ha vivido en su ático todo ese tiempo.

Los perturbadores acontecimientos de la historia llevan a los espectadores a pensar que Buell es el asesino, pues cruza la calle con un martillo. A pesar del miedo a la lluvia que tiene Anna, la protagonista sale de su casa, entra a la de su vecino y encuentra a Buell apuñalado junto a Neil muerto en el sofá.

Anna descubre que Emma, la hija de 9 años de su vecino, es una psicópata que estuvo detrás de los asesinatos desde el inicio y revela que ahora también planea acabar con la vida de Anna para culparla.

Emma le da un discurso a Anna sobre cómo los adultos subestiman a los niños y revela cómo llevó a cabo los asesinatos sin que nadie sospechara de ella. Al mismo tiempo, llama a la policía para culpar a Anna.

Douglas es testigo del momento en el que Emma está a punto de asesinar a Anna, por lo que, al llegar la policía, explica que la niña de 9 años es la culpable y la protagonista es libre.

El giro del final

A pesar de que durante toda la serie se duda sobre la mente de Anna, el final deja claro que siempre tuvo razón y muestra una escena en la que está en paz, sin miedos y junto a Douglas formando una nueva familia.

Sin embargo, la felicidad del final dura poco, pues Anna toma un avión hacia Nueva York y es compañera de asiento de una mujer glamourosa interpretada por Glenn Close. El misterioso personaje tiene una breve interacción con Anna en la que explica que viaja por negocios, pero poco después Anna la encuentra muerta en el baño del avión.

Al llamar a las asistentes de vuelo, el cadáver de Glenn Close desaparece y le explican que nunca hubo nadie sentada con ella; sin embargo, Anna encuentra el espejo de bolsillo de la mujer, lo cual es una pista de que ella tiene razón y hay un nuevo crimen en el que se podría involucrar.

Los acontecimientos plantean la duda una vez más sobre la inestabilidad de la mente de Anna y abre la posibilidad de una segunda temporada en el que se investigue la muerte del personaje de Glenn Close.

Los creadores de la serie explicaron en una entrevista con Collider que no se cierran a la posibilidad de una continuación de la serie; sin embargo, escribieron el final pensándolo como el desenlace de una miniserie.

Aunque los escritores tienen en mente lo que sucede con la muerte del personaje de Glenn Close, es una lección de que nadie “toma en serio” a Anna, a pesar de que los acontecimientos de la primera temporada demostraron que ella siempre sabe algo que el resto no.