Better Call Saul: "Hero" [Reseña 1x04]
Este cuarto episodio de Better Call Saul tuvo todo lo que podíamos esperar de la serie, de acuerdo a lo que viene mostrando: un avance en el asunto puntual del caso de los Kettleman que ha sido el eje de la trama desde el inicio, un avance más macro en torno a la transición fundamental de Jimmy McGill a Saul Goodman, algo de intriga, mucho de humor y un vistazo más de cerca a esa sugerente relación de Jimmy y Kim, que está a mitad de camino entre un romance y una amistad.
Better Call Saul viene construyendo una especie de historia paralela con los flashbacks del inicio, para que podamos conocer más acerca del pasado de Jimmy McGill, es decir, conocer más cabalmente al personaje.
El regreso de Jimmy el resbaladizo
Este nuevo flashback nos lleva a algún momento del pasado en el que Jimmy todavía se ganaba la vida (o al menos conseguía dinero para la cerveza) mediante el engaño y las estafas: su época de “Jimmy el resbaladizo”, que, como vimos en otro flashback, no terminaría nada bien, aunque su ingenio y habilidad para este tipo de cosas es evidente.
Sabemos que el Saul Goodman en que eventualmente se convertirá Jimmy (el que conocimos en Breaking Bad) tiene más de este “Jimmy el resbaladizo”, que del Jimmy McGill abogado que intenta ganarse la vida honestamente trabajando duro por $700 dólares el caso, defendiendo a criminales de poca monta.
Este último es simplemente la fachada que ha montado para su hermano, a quien le debe el haber salido de prisión (y probablemente también haber ingresado en la escuela de leyes).
Es evidente entonces que “Jimmy el resbaladizo” y sus métodos vayan cobrando cada vez mayor protagonismo, como un alter ego malvado que acecha en las sombras preparándose para dar su golpe en el momento indicado.
Métodos no tradicionales
Los Kettleman y su argumento de que no quieren contratarlo porque es “la clase de abogados que contratan los culpables” (a pesar de que ellos SON culpables) es fundamental en las decisiones algo resignadas que toma Jimmy de ahí en más. Decide aceptar el soborno de los Kettleman y dejarse ganar por sus “métodos no tradicionales”.
Una de las escenas más interesantes fue la del enfrentamiento de Jimmy con Nacho, luego de que la policía lo liberara. Es muy difícil no encasillar a Jimmy McGill en esa clase de personas taimadas, escurridizas y hábiles para el engaño, que no poseen ninguna clase de dignidad ni heroísmo y que se caracterizan más bien por la cobardía.
Pero en consonancia con el título del episodio (“Héroe”) y con el giro principal del mismo, Jimmy antes enfrenta a Nacho y abandona su actitud de respeto cobarde, para puntualizar todo lo que hizo mal y librarse así de sus sospechas.
El resto del episodio transcurre como una gran comedia en la que Jimmy no hace más que dar rienda suelta a sus caprichos e involucrarse en situaciones que llamaríamos inesperadas o insólitas, si no se tratara de él.
Por un momento, el episodio nos engaña creyendo que Jimmy aprovechará el dinero obtenido de un soborno para ponerse serio y comenzar con su propia firma, pero nada más alejado.
En realidad, simplemente quería molestar a Howard, el abogado de la gran firma de abogados de la ciudad (de la que su hermano es uno de los socios fundadores), que es todo lo que él no es: apuesto, sofisticado, distinguido y respetado.
El estilo de los creadores de Better Call Saul, que fue marca registrada en Breaking Bad, nos permite disfrutar de esas pequeñas recompensas que tiene la construcción de una trama que viaja en el tiempo y juega con el pasado (desconocido) y con el futuro (conocido).
El flashback del inicio nos permite sospechar inmediatamente que la caída del hombre que trabajaba en la valla y el heroico rescate de Jimmy es un truco pergeñado por éste, pero aún así, no fue menos satisfactorio el desenlace, y ese reproche de “tardaste demasiado”. Está claro que Jimmy está dispuesto a todo.
Otro momento muy agradable, aunque no fue más que un pequeño guiño, fue cuando Jimmy estaba encargando su lujoso traje, con camisa y corbata incluidos, para vestirse igual que Howard, y mira con cariño esas camisas llamativas y de colores espantosos que usaba en Breaking Bad.
La relación con Kim es uno de los aspectos más interesantes de la serie, uno que le aporta cierta humanidad a Jimmy y nos permite empatizar con él. Ella indudablemente siente afecto por él y se llevan muy bien, tanto personal como profesionalmente, pero cuando su jefe le pregunta si son amigos ella lo niega. En el mundo en que se mueve Kim, Jimmy está mal visto, es un paria.
Un par de pequeños y sutiles gestos, nos permiten deducir cuál es su verdadero sentimiento respecto a Jimmy. El primero es la llamada telefónica en la que lo invita a ir al cine, diciéndole que dan “ The Thing” y que seguramente le apetezca algo de “Kurt Russell en acción”; grandes amores han surgido de gestos que aparentan ser insignificantes y casuales como éste pero que esconden un profundo afecto e interés. El segundo es la sonrisa satisfecha de Kim, cuando reconoce que lo de la valla publicitaria fue todo un truco, pero uno que salió muy bien para Jimmy y que causó la furia de Howard.
El episodio cierra el círculo de “Jimmy el resbaladizo” con el descubrimiento de la única persona que sabe todos los secretos y los puntos débiles de Jimmy, su hermano.
Puntaje: 8.5/10.