Así sería si el mejor episodio de Game of Thrones hubiera terminado igual que The Walking Dead
Después de meses de anticipación y gran entusiasmo, esta semana por fin llegó el promocionado final de la temporada 6 de The Walking Dead, que trajo consigo las dos cosas que todo el mundo estaba esperando: Negan y Lucille.
Cuando las expectativas son demasiado altas, el problema es que la decepción es una caída mucho más dura, y eso es lo que sucedió (para muchos fanáticos, pero no todos) en este final de temporada.
Negan —y Lucille— protagonizó el momento más controversial y discutido del episodio, con un final abrupto y en suspenso ( cliffhanger es el término, pero no tenemos una traducción precisa), cuyo misterio quedó pendiente de resolución hasta la próxima temporada.
Es realmente un manejo bastante erróneo de la posibilidad que brinda un cliffhanger en una serie. Se supone que la muerte de un personaje principal es un momento muy importante y con gran impacto emocional para la audiencia. Postergar ese momento por 6 meses hasta que vuelva la serie le resta toda la fuerza y el potencial dramático.
Por otra parte, el misterio pendiente de resolución no parece ser más que un detalle. La pregunta debería ser mucho más interesante que “¿quién murió?”, algo que no cambia demasiado las cosas en una serie como The Walking Dead. Si supiéramos quién muere quedarían otros misterios mucho más interesantes por resolver; saber, por ejemplo, cómo esa muerte concreta afectará al resto de los personajes, qué reacciones despertará y en quiénes, cómo cambiará la dinámica de la historia, o qué posibilidades narrativas brinda su ausencia.
Los guionistas de The Walking Dead deberían haber aprendido de Game of Thrones, una serie que viene de un final de temporada bastante similar pero mucho más satisfactorio, impactante y mejor logrado.
Game of Thrones, sin embargo, tiene un ejemplo mucho más acabado y se trata del episodio popularmente conocido como el de la Boda Roja.
(SPOILERS de la temporada 3 de Game of Thrones, si es que aún no la viste)
En él, son asesinados brutalmente y de manera sorpresiva tres personajes principales: el heredero del trono, su esposa embarazada —es decir, también su sucesor— y su madre. Una masacre que cambia por completo todo en la serie, y ni siquiera fue un final de temporada. Game of Thrones sabe que lo verdaderamente dramático de la muerte de un personaje importante son sus consecuencias, por eso casi siempre incluye los grandes giros dramáticos en el episodio previo al final de temporada.
Pero si el episodio de la Boda Roja hubiera sido tratado igual que el de Negan en The Walking Dead, el resultado hubiera sido el siguiente: