7 personajes que no existirían sin Tony Soprano
Tony Soprano cambió la historia de la televisión. Antes de él, los espectadores solo aceptaban personajes adúlteros, asesinos, cobardes y sucios en la pantalla grande, pero se negaban a abrirles las puertas de sus casas.
El personaje de James Gandolfini se metió allí semana a semana. Incluso, era esperado con ansias. Según David Chase, el creador de The Sopranos, la premisa al idearlo fue: “Papi sabe qué es lo mejor… para asesinar gente”.
Pero además de conocer las mil y una formas de acabar con sus enemigos sin ser detectado, este capo de la mafia nos mostró su otra dimensión: amaba a su familia con toda el alma y la protegía. Tenía una relación tortuosa con su madre y era un cúmulo de problemas emocionales que lo llevaron a buscar ayuda psiquiátrica. Con tales aspectos, el público podía relacionarse y sentir consideración por él, aunque fulminara a alguien mientras su hija se presentaba en una obra teatral.
Tony fue el primer antihéroe de la pantalla chica; el pionero que le abrió las puertas a estos hombres y mujeres de dudosa moral que nos mantienen pegados a la tele.
Dexter Morgan (Dexter)
Dexter es un asesino en serie y, aún así, le aplaudimos. ¿Hay que decir algo más?
El personaje de Michael C. Hall es el epítome del antihéroe; un hombre con una sed de sangre para sentirse vivo. Pero nos ponemos de su parte porque solo deja escapar su oscuridad para impartir justicia: cuando un criminal escapa del brazo policial, Dexter lo hace pagar sus culpas. ¿Héroe? ¿Bueno? Difícil pregunta.
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Walter White (Breaking Bad)
Un professor de química descubre que tiene un cáncer terminal. El trabajo nunca le dio suficiente dinero y cuando parta, su familia quedará a la deriva. ¿Qué hacer? Usar sus conocimientos y cocinar mentanfetaminas.
Bryan Cranston está detrás de este increíble antihéroe que nos mantuvo pegados a la tele durante cinco temporadas. Pasó a transformarse de un moribundo confundido a un hombre capaz de embrollarse con carteles de la droga, mentirle a su familia, asesinar a sus enemigos y herir a inocentes; caminos bastante oscuros a los que lo acompañamos por puro amor.
Don Draper (Mad Men)
El hombre es egoísta, beligerante, sin respeto alguno por las mujeres y con escasa (o nula) ética laboral. ¿Por qué es tan entrañable? Su carisma. Además, temporada tras temporada vamos descubriendo su pasado lleno de abusos que, evidentemente, lo forjó en el hombre despreciable en el que se convirtió. ¿Antihéroe? ¡Seguro!
Jax Teller (Sons of Anarchy)
Valiente, fuerte, encantador y al mismo tiempo brutal, si es necesario. Jax es un exconvicto que abandonó a su esposa embarazada (quien se hace adicta a las drogas y da a luz a un bebé también adicto), pero también es un hombre que hará lo necesario para cuidar a su familia y los de su club de motociclistas, quienes desea que regresen a lo que realmente significa ser motorizado, sin la necesidad de usar la violencia y ponerse en peligro.
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Nicholas Brody (Homeland)
Un terrorista. Pues sí. A Nicholas lo amamos gracias a un guión excelente, que nos hizo sentirnos cercanos a él antes de demostrarnos que sí, era el terrorista que Carrie buscaba. Para el momento en que eso ocurrió, ya era muy tarde. La audiencia ya le echaba porras.
Nancy Botwin (Weeds)
Aunque la tele está llena de antihéroes masculinos, también hay espacio para las mujeres. Nancy Botwin le abrió el camino a Patty Hewes ( Damages) y Annalise Keatin ( How to Get Away With Murder) con su historia de esposa modelo que se convierte en vendedora de drogas cuando su esposo muere y queda a completo cargo de sus dos hijos. ¿Qué no haría una madre por sus pequeños?
Nancy pasa de ser una pequeña vendedora de hierba a líder de un cartel, mientras intenta mantener a sus hijos ajenos de la peligrosa vida de las drogas.
Gregory House (House)
El sarcástico por excelencia, Gregory House es un completo idiota que salva vidas, incluso aquellas que parecen perdidas. Miente a los pacientes y rompe las reglas con un encanto que sale de la pantalla. ¿Su frase favorita? “Todos mienten”.
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