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Minivans

Chrysler Pacifica Plug-In Hybrid – Crucé EEUU con toda mi familia A Bordo de esta carreta del siglo 21

A pesar de haberla evaluado antes, no pude resistir a la tentación de aceptar la oportunidad de poner a prueba el miniván de Chrysler. Esta vez, la diferencia seria que la llevaría a cabo bajo las condiciones para las que fue diseñada originalmente: Un viaje por carretera con la familia recorriendo miles de millas, atravesando diferentes estados durante varios días.
21 Sep 2020 – 05:58 PM EDT
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Nuestra Chrysler Pacifica Hybrid 2019-2020 en las afueras de Jackson Hole Wyoming a poco tiempo de empezaar el retorno a Miami. Crédito: Jaime Gabaldoni

A diferencia de los viajes de pruebas tradicionales que involucran a la familia, la ruta de regreso a casa desde Jackson Hole (Wyoming) hasta Miami (Florida) tomaría varios días a bordo del Chrysler Pacífica híbrida enchufable y no por avión como normalmente lo hacemos.

Después de comprometer a mi novia Odette y a mis 2 hijos -Luca (12) y Tazio (3)- a este viaje de casi 3,000 millas (4,800 km), tengo que reconocer que cuestioné la decisión hasta el último minuto. A pesar de mi felicidad por pasar tiempo con mi familia en uno de mis lugares favoritos, me preocupaba el comportamiento de los niños durante el viaje de regreso, ya que como la mayoría de niños de su edad, Luca prefiere pasar su tiempo libre frente a pantallas, mientras que Tazio es un contenedor de energía potencial siempre listo para saltar y corretear.

Uno de los trabajos más importantes para esta aventura familiar sería el de Odette, planear la ruta de regreso que debería tomar obligatoriamente un máximo de 5 días. Para ese entonces Luca debería embarcarse en un viaje internacional por avión organizado por su madre (Krista).

Como parte de nuestro plan, el día previo al viaje de regreso lo dedicamos a explorar el parque nacional Grand Teton en Jackson Hole. Caminando varias millas en sentido contrario al cauce del rio ‘Snake’ hasta llegar al espectacular Lago Phelps.

Durante la caminata, mi preocupación mayor fue alguna osa paseando a sus cachorros. Por otro lado, Tazio se veía muy entusiasmado por la remota posibilidad de verlos de cerca. Felizmente en este parque nacional solo se han reportado 4 ataques de oso (ninguno fatal) desde 1994 y en esta oportunidad no alteramos las estadísticas.

Fuera de mi tensión durante todo este tiempo, disfrutamos de aire puro, extraordinarios paisajes y una buena variedad de animales en su hábitat natural.

En cuanto a su tren de potencia, el motor a combustión es el V6 Pentastar de 3.6 litros capaz de producir hasta 260 hp. Por otro lado, los 2 motores eléctricos del sistema hibrido suman 198 hp (84 hp y 114 hp). Estos están acoplados al sistema de transición eFlite Si-EVT. En cuanto a los niveles de consumo, el fabricante asegura promedio 30 mpg (12.75 km/Lt.) y 82 MPGe (34.86 KM/L e).

Con el paquete de baterías de litio de 16 kWh, este mamut de 6,300 libras (2,858 kilos) puede recorrer hasta 32 millas (51 km) utilizando solo carga eléctrica. Para detenerlo y regenerar electricidad, su sistema de frenos cuenta con rotores de 13” (33cm) en las cuatro esquinas. Los delanteros son ventilados y los posteriores sólidos.

El regreso a casa:
Día 1: Jackson Hole, Wyoming - Fort Collins, Colorado (7h 57min - 487 millas)
Al día siguiente, después de una buena noche de descanso y desayuno en el hotel, cargamos todas nuestras cosas en la Pacífica híbrida.

Nuestra unidad era una Hybrid Limited con interior Nappa Leather y sillas de capitán en la segunda fila. A pesar de que detrás de la tercera fila de asientos ofrece buen espacio de carga (32.2 pies³ / 914 litros), nuestro equipaje necesitaba mucho más, así que plegamos la tercera banca de asientos para conseguir 87 pies³ (2477 litros). No hubo necesidad -ni la opción- de deshacernos de los asientos en la segunda fila para maximizar la cantidad de espacio que ofrece este minivan (140.5 pies³ / 3978 litros).


Salir de Jackson Hole, el pequeño pueblo que normalmente es tranquilo, nos tomó 45 minutos porque se encontraba plagado de turistas. Una vez fuera de la congestionada villa, necesité una dosis adicional de paciencia mientras buscaba un lugar para sacar fotos del miniván en las inmediaciones. La ‘plaga’ de turistas se extendía por las afueras en autobuses cargados de hordas de asiáticos que aprovechaban cada oportunidad para desmontar y desenfundar sus ‘selfie sticks’ para inmortalizar su experiencia.

Una vez dejamos atrás a los turistas, nos encontramos recorriendo la autopista 26 atravesando montañas verdes, acercándonos a nubes densas y la distancia decorada por montañas con nieve en sus cumbres. Indicaciones directas de la altura en la que nos encontrábamos y también que las condiciones cambiarían en cualquier momento.

Poco después, el escenario cambió mientras descendíamos en un valle de paredes rojas, que me recordaron a las clasicas películas de vaqueros. Desembocamos a una llanura verde con largos y solitario tramos de carretera con doble vía. De vez en cuando nos encontrábamos con carros -o buses de turistas- en dirección contraria y de vez en cuando alguna casa o edificio antiguo. La pregunta recurrente en esos momentos era: ¿de qué vive esta gente?

Una de las cosas que disfruto más en esta vida es conducir por rutas solitarias como esta, pero entiendo no todos comparten este gusto. Para suerte de Luca (12), nuestra Pacífica estaba equipada con WiFi y tomacorriente casero para recargar su laptop, esto lo que lo mantuvo ocupado, pero me asegure de vez en cuando que disfrutara la experiencia que estábamos viviendo.

Aproximadamente a la mita de nuestro recorrido del día, decidimos detenernos para almorzar a la salida de la Reserva Nacional ‘Wind River Reservation’ en Lander, un pueblo con más de 150 años que previamente había sido territorio de la tribu ‘ShoShone’.

Después de una hora allí, seguimos viajando en dirección sureste atravesando más explanadas verdes. La próxima parada fue una estación de gasolina donde cargamos 14 galones consumidos tras 375 millas (600km) recorridas.

La mayoría de la última etapa del día se llevaría a cabo sobre autopista. Algunas lluvias esporádicas variaron las condiciones de manejo, no solo para la minivan que se adaptó sin problemas, pero también para la familia con los también esporádicos arcoíris.

Finalmente, en Fort Collins (Colorado) tras 8 horas de viaje y 487 millas. Agotados, no solo por el recorrido, pero por la intensa actitud de mi hijo menor (Tazio) durante la última parte del día. Ya en el hotel nos dimos cuenta de que estaba con fiebre y no se había estado sintiendo bien.

Día 2: Fort Collins, Colorado - Topeka, Kansas (8h 36min – 593 millas)
Según el plan, el segundo día sería el más largo y “aburrido” porque la ruta se llevaría a cabo principalmente de oeste a este recorriendo la autopista I70 por 515 millas, atravesando casi por completo el estado de Kansas. Conocido por ser plano y por el tornado que se llevo a Dorothy a “La Tierra de Oz”. No estaríamos completamente a salvo de esa misma experiencia porque se encuentra literalmente atravesando “Tornado Alley”.

Salimos de Fort Collins sin apuro, casi a medio día, esperando que Tazio estuviera completamente recuperado. A dos horas y media (o medio tanque de gasolina) parada para baño juntos antes de entrar al “Callejón de los Tornados” y para que Luca manejara por primera vez en una pista de gravilla en 'medio de la nada' en Kansas.

Ya en la autopista I70 hacia el este tratamos de mantener la velocidad constante, lo suficientemente por encima del límite de velocidad para ganar minutos y lo suficientemente baja para evitar retrasos por la policía. El sistema de control de crucero cumplió su trabajo sin complicaciones.

Luego de cuatro horas y 255 millas (408 kilómetros) llegamos a un lugar de Kansas donde se puede ver la reproducción más grande de una pintura de Van Gohg. Así que aprovechamos esa oportunidad para estirar las piernas y llenar el tanque de gasolina.

La siguiente parada obligatoria fue en Wakeeney, un pequeñísimo pueblo en Kansas en el que viví por 2 meses entre enero y marzo de 1991, cuando participé en un programa de intercambio estudiantil. Visitamos a la pareja de maestros y la casa donde me alojaron hace más de 18 años.

Tuvimos que rechazar el ofrecimiento de quedarnos a dormir allí esa noche porque el objetivo era llegar hasta la capital de Kansas (Topeka) para pasar la noche allí.

Luego de 9 horas y 24 minutos y 580 millas (928 kilómetros) llegamos a nuestro destino ya sin gasolina. Lamentablemente el hotel donde nos hospedamos no contaba con la infraestructura suficiente para cargarla de electricidad durante la noche, así que fue necesario buscar la estación de gasolina mas cercana para evitar algún retraso.

Día 3: Topeka, Kansas - Nashville, Tennessee (8h 36min – 595 millas)
En cuestiones de infraestructura y ambiente, Topeka es una ciudad que parece haber sido olvidada o no ha recibido en interés por nuevas generaciones para mantenerse vigente. Desde el hotel donde nos hospedamos hasta sus pistas, necesita renovación urgente.

El único lugar interesante que encontramos para visitar en la ciudad fue el museo del legendario Evel Knievel. Recordado su intento de saltar el Gran Cañón a bordo de un cohete diseñado y fabricado por su equipo. También por sus impresionantes saltos a bordo de motocicletas con anticuada suspensión que le costó docenas de fracturas a través de su carrera. Pasamos un par de horas allí, viendo de primera mano sus aparatos y aprendiendo sobre su legado del temerario americano original.

Ya de regreso en la Pacífica durante ese día cruzamos varios estados, incluyendo Missouri, Illinois y Kentucky hasta llegar a Nashville donde pasaríamos la noche en un hotel repleto por asistentes a una gran conferencia musical.

En las 8 horas y 36 minutos de viaje recorrimos 595 millas (952 km). A la mañana siguiente necesitaríamos reponer los 15.2 galones de gasolina que consumimos desde que llenamos el tanque por la mañana antes de salir de Kansas. Lamentablemente en este hotel tampoco tendríamos oportunidad de cargar las baterías de Litio de nuestra minivan.

Día 4: Nashville, Tennessee - Savannah, Georgia (7h 15min - 496.2millas)
Después de 3 días completes a bordo de la Chrysler Pacífica, el equipo completo estaba adaptado a esta minivan.

La mayor parte de nuestro 4 día fue sobre carretera y nos entretuvimos escuchando música a través de del sistema Apple CarPlay. El sistema es muy fácil de operar y requiere mínimo de atención de parte del conductor/DJ mientras toma los pedidos de los ocupantes.

A pesar del pronóstico del navegador sobre el tiempo y distancia que nos tomaría llegar a Savannah, conseguimos llegar allí dos horas y media antes ahorrando 118 millas (189 km) gracias a una ruta alternativa por la que decidimos ir.

A pesar de que el hotel 5 estrellas en el que nos hospedamos no tenía cargadores para vehículos eléctricos, conseguimos que uno de los muchachos que estaciona los autos para los huéspedes lo conectara a un tomacorriente de 110v durante la noche.

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Día 5: Savannah, Georgia - Miami, Florida (8h 5min - 500 millas)
A la mañana siguiente nos enteraríamos de que nuestra minivan pasó la noche en la planta baja del estacionamiento en el espacio empleado por los ‘lava carros’. Conectado al mismo tomacorriente que usan para las aspiradoras y otros equipos eléctricos.

Este fue el único día en el que pudimos aprovechar la capacidad de sus baterías para recorrer las primeras 32 millas (51 kilómetros) sin usar una gota de gasolina.

La ultima etapa de nuestro viaje sería de norte a sur sobre la autopista I95. Un largo recorrido que seria extremadamente monótono si no fuera por la mayor atención que uno necesita durante el manejo. En esta parte del país la cultura detrás del volante es errática e impredecible.

Felizmente el día se desenvolvió sin contratiempos y conseguimos llegar a nuestra casa en Miami tras 8 horas y 500 millas (800 km).


Conclusión:
- En total manejamos 46 horas y 38 minutos, 2,800 millas (4,400km) de las cuales solo 310 millas (500km) fueron usando electricidad. El resultado fue un consumo combinado de 25.8 mpg.
- Esta fue una gran oportunidad para pasar tiempo en familia, recorriendo y conociendo remotos lugares en este enorme y variado país. Sin duda las memorias permanecerán con nosotros por el resto de nuestras vidas.

Después de esta prueba de manejo extendido A Bordo del Chrysler Pacífica Hybrid 2019-2020 puedo destacar algunos puntos a favor y otros en contra.

A favor:
- Espaciosa y con suficiente flexibilidad para alojar bultos/maletas con formas variadas
- Cómoda para adultos o niños durante viajes largos
- Conectividad / Wifi
- Bajo nivel de ruido en la cabina a cualquier velocidad
- Tomacorriente casero para conectar computadoras u otros aparatos
- Páginas de información del sistema hibrido: informa sobre el flujo e historia de potencia y permite programar horarios de carga
- Sistema de apertura automática para las puertas laterales corredizas y para la compuerta posterior. Estas funcionan a través de sensores activados con el movimiento de los pies de bajo de la carrocería siempre y cuando tengas la llave en el bolsillo
- Sistema de navegación con 4G. Identifica puntos de interés rápidamente y muestra detalles visuales de ‘landmarks’, ciudades y terrenos. Además, reconoce comandos de voz preprogramados para conseguir rutas rápidamente

En contra:
- Pantallas táctiles posteriores útiles solo para los que pueden alcanzarlas. Los niños asegurados en sillas para bebes no alcanzan y puede ser frustrante para ellos, sobre todo cuando los otros niños juegan
- Red de carga eléctrica limitada para el sistema hibrido
- La conectividad Wifi puede convertirse en un reto para los padres que buscan que sus hijos se desconecten de sus dispositivos para reconectar con la naturaleza y con la experiencia del viaje

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Chrysler Pacifica Hybrid 2017 - Prueba A Bordo Completa
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